Por si a alguien le quedaba alguna duda todavía sobre la fortaleza del mercado, ayer quedó despejada con una nueva exhibición alcista de Wall Street: el mercado volvió a abrir a la baja, llegó a caer con cierta fuerza, pero hizo suelo y comenzó una remontada que llevó a los índices a cerrar en terreno positivo. Y a marcar nuevos máximos de 18 meses, en consecuencia.
El Dow Jones se anotó el 0,12%, el S&P 500 un modesto 0,07% y el Nasdaq, de nuevo el líder del movimiento, el 0,33%. De hecho, el selectivo Nasdaq 100 superó al cierre el importante nivel de los 2.000 puntos, otro signo alcista.
Esta fortaleza no termina de transmitirse a Europa, donde a los índices les está costando un trabajo enorme superar los niveles de resistencia donde se encuentran. Pero si Wall Street sigue aguantando los embates bajistas y rompe al alza definitivamente tras la consolidación, Europa se irá detrás con toda probabilidad.
La subida tecnológica tuvo detrás las expectativas de unos buenos resultados de Intel que se confirmaron tras el cierre. El valor subió el 1% en la sesión regular y se disparó el 4% en el after hours. Por el contrario, Palm se desplomó el 12% por las informaciones de que el perdedor del mundo de los smartphones busca un comprador. Los bancos también tiraron a la baja de los índices.
Los bonos volvieron a subir en precio pese a la fortaleza de la bolsa, con lo que su rentabilidad cayó al 3,82%. El dólar también siguió su descenso frente al euro, pero esta vez el crudo y el oro bajaron: hasta 84,05 y 1.153,4 dólares, respectivamente.
Hoy miércoles tendremos un día repleto de citas, con los resultados de JP Morgan, el IPC, los inventarios empresariales, las ventas minoristas -dato crucial sobre la marcha de la recuperación- y el Libro Beige de la Fed.
Un vistazo a las bolsas mundiales