
Esta crisis no descansa ni los fines de semana. Todo lo contrario. Fue entre la noche del viernes y la del domingo cuando se tejió el rescate del banco Bear Stearns; cuando se salvó a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac; y cuando se indultó a Merrill Lynch y quebró Lehman Brothers. Esta lista cuenta con otro inquilino desde anteayer: el respaldo anunciado por las autoridades europeas a Grecia. En Alemania comienza a crecer el "euroescepticismo".
Sobre la mesa, 30.000 millones de euros, puestos a disposición de Atenas de forma equivalente a una línea de crédito, puesto que la ayuda sólo se activará en caso de que el Tesoro heleno no consiga en el mercado la financiación que necesita para afrontar los vencimientos de su deuda, que entre abril y mayo de este año ascienden a 27.000 millones de euros.
Y Grecia no tardará en pulsar el ánimo de los inversores, ya que hoy tiene previsto emitir letras a seis y doce meses por valor de 1.200 millones de euros. Un test al que seguirá otro, esta vez de bonos a siete años, en los próximos días. Por el momento, ya ha otorgado el mandato de la colocación a los bancos Alpha Bank, Emporiki, ING, Bank of America-Merrill Lynch y Société Générale, según informaron ayer las autoridades helenas.
Adiós al impago
A la espera de comprobar la respuesta del mercado a estas emisiones, los analistas valoran el impacto del respaldo anunciado el fin de semana. "El acuerdo europeo sobre Grecia evita a corto plazo el riesgo de impago", sostiene José Luis Martínez, estratega jefe de Citi en España. "Dicho plan supone eliminar el riesgo de impago de Grecia en 2010", confirman los expertos de ODDO Securities.
En este sentido, los analistas subrayan que el respaldo ofrecido prácticamente solventa las necesidades de las arcas helenas para pagar la deuda que le vence hasta final de año, que ronda los 32.000 millones de euros. Como expresa Azad Zangana, economista europeo de la gestora Schroders, el respaldo cubre las espaldas de Grecia, que "ahora puede burlar al mercado y tomar prestado fácilmente lo que necesite para repagar sus vencimientos y financiar su actual déficit". Sobre todo, porque los intereses que soportaría por esos préstamos se limitan al 5%, por debajo de lo que le exigen los inversores.
Eso sí, Zangana recuerda que el plan de ayuda obliga a Grecia a "implementar su paquete de austeridad y reformas estructurales que puedan generar nuevas fuentes de crecimiento". "Los problemas estructurales no han sido resueltos. La principal cuestión reside en si el Gobierno de Atenas es capaz de emprender cambios significativos y de convencer a los griegos de que esos cambios resultan necesarios", aseguró Axel Blase, gestor de Invesco, en declaraciones a Bloomberg.
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