
La rentabilidad de los bonos en EEUU ha alcanzado el 3,85%, con una fuerte subida en las dos últimas semanas. Alan Greenspan, el anterior presidente de la Fed, llamaba a esto "el canario en la mina de carbón", y echa la culpa al elevado déficit público y al enorme aumento de la deuda federal.
Si preguntamos a cualquiera en el negocio de la inversión, nos contestará que los déficits presupuestarios hacen subir los tipos de interés. Perro Larry Kudlow, comentarista de la CNBC, asegura en su blog que eso no es cierto. "Puede parecer razonable, pero aun así no es cierto", señala.
Kudlow sostiene que la teoría de que el déficit provoca subidas de tipos, defendida por Greenspan, y por David Stockman durante los años de Reagan, y por Robert Rubin durante los de Clinton, no tiene base estadística.
De hecho, cree que se puede defender la idea contraria, que los altos déficits son compatibles con una bajada de los tipos, dado que los peores números fiscales suelen darse cuando la economía está en recesión y no hay demanda privada de crédito. Por el contrario, durante las recuperaciones los déficits se reducen ya que aumentan los ingresos fiscales. Pero los tipos suben en las expansiones y las rentabilidades reales de las inversiones mejoran.
Porque la verdadera causa de las subidas de tipos no es el déficit, sino la inflación, concluye este analista. Cuando los precios suben, los inversores demandan tipos más altos para compensar la pérdida de valor de su dinero. Si acudimos a la historia, los tipos a largo plazo (los de los bonos) prácticamente bajaron sin parar desde 1980 hasta 2009, es decir, 30 años, porque la inflación cayó desde el 14% hasta prácticamente cero. En esas tres décadas, el déficit subió, bajó, volvió a subir y a bajar, y los tipos siguieron cayendo.
Kudlow añade que un dólar estable mantiene controlada la inflación. A su juicio, es una herramienta mucho más poderosa para actuar sobre los tipos que las oscilaciones cíclicas de la política presupuestaria.
Además, señala que los defensores de la teoría de que el déficit sube los tipos caen en una trampa fiscal. La cuestión relevante para controlar el déficit a largo plazo es reducir el excesivo gasto público y mantener las tasas impositivas lo suficientemente bajas para incentivar la inversión productiva (no subir los impuestos), tal como demuestra la curva de Laffer.
Es un círculo virtuoso: menores impuestos significan una economía más fuerte; una economía más fuerte significa más ingresos fiscales; más ingresos fiscales significan un menor déficit. Y que se mantenga el dólar intacto para frenar la marea inflacionista.
Por tanto, el verdadero problema es el gasto público, no los impuestos. Kudlow concluye con un chascarrillo: "Si quieres ser el más brillante en tu próxima fiesta, cuando alguien diga que los tipos de interés van a subir a la estratosfera por culpa del déficit, puede anular tranquilamente ese argumento usando este comentario. Serás la persona más lista de la habitación".