"Las empresas deben comportarse como buenos ciudadanos, de ahí su responsabilidad social", indica el experto, abogado de profesión
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El abogado Ramón Mullerat analiza en su último libro, 'En buena compañía. La responsabilidad social de las empresas' (Colección Economía), la "misión ética" que tienen las empresas para erradicar y suplir los errores que comete el Estado.
Mullerat, experto en legislación internacional, recorre a lo largo de 304 páginas la responsabilidad social de las grandes multinacionales, analizando cuestiones relacionadas con las normas laborales de obligado cumplimiento, o la nueva concepción que debería predominar entre los directivos, que sólo entienden los negocios "como una máquina de producir negocios a corto plazo", entre otros aspectos.
De este modo, el libro consta de 12 capítulos en los que el autor desgrana las características "del nuevo mundo del siglo XXI", los fundamentos de la responsabilidad social de la empresa, la necesidad de cooperación con el Estado y la sociedad civil y las nuevas tendencias de la responsabilidad social empresarial, cuyo florecimiento se produjo a partir del año 1930.
Asimismo, Mullerat estudia las diversas actitudes frente a la responsabilidad social de la empresa --tanto a favor como en contra-- la historia de la ciudadanía social, las ventajas del buen ciudadano y la labor de los medios de comunicación para difundir las 'buenas' acciones empresariales.
El autor también tiene en cuenta aspectos como la inversión socialmente responsable, los códigos de conducta, la autorregulación y la inversión social en los países en vías de desarrollo.
RECOMENDACIONES
El libro concluye con una serie de recomendaciones sobre la práctica de la responsabilidad social y, citando a los expertos Philip Kotler y Nancy Lee, recuerda que las empresas deben elegir problemas "que constituyan una verdadera preocupación en las comunidades en las que opera" y, una vez identificada la causa, "seleccionar las iniciativas para solucionar el problema".
"El mundo ya no se compone sólo ni principalmente de ciudadanos individuales, sino también de empresas. Estas empresas deben comportarse como buenos ciudadanos, de ahí su responsabilidad social. La responsabilidad social de la empresa ha tomado ya carta de naturaleza entre nosotros", detalla Mullerat.
"A pesar de que tan sólo han transcurrido unos pocos años, lejos quedan los días en que Milton Friedman defendía que el único y exclusivo objetivo de las empresas era maximizar los beneficios para sus accionistas.
Lejos quedan los días en que al única obligación de las empresas era respetar los mínimos que la legislación positiva impone", indica el experto para el que "no basta con producir unos buenos resultados económicos y pagar impuestos para obtener el beneplácito de la sociedad, sino que es preciso desarrollar acciones para mejorar el mundo. También lo comprenden los accionistas (...) y los empleados".
"El interés por las condiciones de trabajo, la sostenibilidad del Medio Ambiente y el respeto de los Derechos Humanos, que constituyen objetivos básicos de responsabilidad social, son cada vez más comprendidos y sentidos por una humanidad que se considera solidaria y que comunica sus vivencias con rapidez e intensidad", concluye el experto.
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