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Economía/Agricultura.- CE estudia reducir a la mitad la superficie de viñedo que será obligatorio arrancar en la reforma

BRUSELAS, 23 (EUROPA PRESS)

La Comisión Europea renunciará a proponer a los Estados miembros el arranque de 400.000 hectáreas de viñedo en la UE y planteará reducir esta cantidad, presumiblemente a cerca de la mitad, 200.000 hectáreas, según indicaron fuentes comunitarias que, sin embargo, precisaron que la propuesta legislativa que se presentará el 4 de julio todavía no ha sido redactada.

Las fuentes consultadas señalaron que éste no es la única modificación por lo que respecta al arranque de viñas que estudia la Comisión, que en su comunicación de junio del año pasado dejaba la posibilidad a la libre elección de cada productor.

El documento que se prepara ahora en Bruselas podría mantener esta opción, pero incluyendo también la posibilidad de que los Estados miembros designen unas "regiones sensibles" en las que no deberían arrancarse las viñas.

La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, se refirió a otros aspectos de la reforma en un discurso pronunciado en Stuttgart (Alemania), donde, sin dar cifras, desmintió "los rumores que escucho sobre que nuestra propuesta legislativa será exactamente igual que la comunicación", en la que aparecía el arranque de 400.000 hectáreas.

Por lo que respecta a otros aspectos de la reforma, la comisaria se mostró a favor de eliminar el sistema de derechos de plantación y a prohibir tanto la importación de mostos para mezclar con el vino europeo como la adición de azúcar, la chaptalización.

Frente a la industria vitivinícula alemana, Fischer Boel afirmó su intención de "abolir el apoyo anticompetitivo" para la destilación del vino y también se negó a reforzar el control sobre los derechos de plantación. Asimismo, rechazó la idea de "definir el vino como un producto sensible en las negociaciones de la Ronda de Desarrollo de Doha".

Todas estas ideas se contradicen con la concepción de que "la UE tiene los mejores vinos del mundo", según afirmó, y que, por lo tanto, son competitivos por sí mismos.

Consideró que el arranque de viñedos y la supresión de los derechos de plantación no son conceptos contradictorios, sino que "podrían trabajar juntos" hacia el mismo fin: "un mercado equilibrado en el que los productores sean libres de responder a la demanda".

En este sentido, afirmó que "el proceso de arranque recuperaría el equilibrio del mercado y permitiría una salida respetable y atractiva para aquellos productores que hacen frente a severas dificultades económicas".

"Una vez que se logre esto, aboliríamos los derechos de plantación", añadió Fischer Boel.

Por otra parte, se mostró a favor de "alinear nuestras prácticas enológicas en cierta medida con las de la Organización Internacional del Vino (OIV)", aunque los Estados miembros "deberían mantener la posibilidad de restringir prácticas permitidas en el caso de los vinos de calidad, como es el caso a día de hoy".

Fischer Boel defendió la eliminación de dos prácticas que hasta ahora han equilibrado la producción de vino en el norte y el sur de Europa. "Tradicionalmente, apoyamos el enriquecimiento con mosto en el sur para reflejar las ventajas que podrían tener los productores del norte con el enriquecimiento con azúcar".

"Ahora vemos que deberíamos abolir la ayuda con mosto para poner nuestro sistema vitivinícola más en línea con la OMC", algo que tendría que reflejarse, dijo, "prohibiendo la chaptalización".

Fischer Boel estimó que con la eliminación de "varios instrumentos de gestión de mercado" se podría gastar el dinero en "medidas positivas en lugar que en destruir el vino que se produce". Afirmó que "este dinero sería más útil colocado en un sobre nacional", para que cada Estado miembro decida cómo gastarlo, por ejemplo "con contribuciones a seguros, apoyo para las cosechas en verde o reestructuración y conversión".

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