
Los expertos chinos pidieron precaución a Pekín en la gestión de las enormes reservas de divisas de China, después de que el gigante asiático redujera sus bonos del Tesoro estadounidense por primera vez desde el estallido de la crisis financiera.
La semana pasada China anunció que limitó en diciembre sus bonos del Tesoro de EEUU en 34.200 millones de dólares, hasta los 755.400 millones de dólares actuales, dejando a prestamistas públicos y privados de Japón el primer puesto de acreedor de la primera potencia mundial, con 768.800 millones de dólares.
Pekín había alcanzado el liderazgo en septiembre de 2008, en plena crisis financiera por la caída del banco de negocios estadounidense Lehman Brothers.
"China puede reducir sus participaciones en activos en dólares, pero no debería 'excederse' en ello ya que el país intenta ajustar la estructura de sus reservas de divisas extranjeras", indicó hoy el rotativo oficial China Daily.
Mutua dependencia
Se calcula que China, el mayor poseedor mundial de reservas, acumula casi 2,4 billones de dólares en otras divisas y, según estimaciones, aproximadamente el 70% de ellas nominadas en dólares estadounidenses, lo que liga gran parte de su rendimiento al comportamiento de la moneda norteamericana.
"China no debería rebajar en general sus activos en dólares, teniendo en cuenta su alta liquidez en los mercados. Los dólares son relativamente fáciles de vender si China necesita dinero rápido para controlar su estabilidad financiera", expone Sun Lijian, economista de la universidad shanghainesa de Fudan.
El dilema chino
Desde hace meses, Pekín lanza globos sonda respecto a una diversificación de su cesta de divisas, en la que pretende aumentar la importancia del euro y el yen japonés en detrimento de la tradicional querencia por el dólar.
"China está en un dilema", resume Dong Yuping, miembro de la Academia China de Ciencias Sociales, quien hace hincapié en que una venta excesiva de dólares estadounidenses por parte de Pekín puede provocar un "efecto dominó" en otros inversores y repercutir en el precio de la divisa.
En su visita de noviembre a China, Barack Obama se llevó un mensaje claro: el Gobierno chino pidió a Washington una política fiscal adecuada para mantener la estabilidad del dólar, en respuesta a las exigencias para revaluar el yuan.
En 2009, la posesión extranjera de bonos del Tesoro de EEUU bajó en 500 millones de dólares, mientras que en 2008 había aumentado en 456.000 millones de dólares porque la crisis financiera global originó la huida hacia la seguridad de la deuda del Gobierno estadounidense.
De continuar las reducciones, lo que se verá en el próximo informe de marzo, la Administración de EEUU podría verse forzada a hacer mayores pagos de intereses.
Washington, además, vio cómo la crisis le arrastraba a incrementar su endeudamiento hasta unos 12 billones de dólares, más del 90% de su PIB anual, un nivel que no convence a los especialistas chinos.
Para Liu Yuhui, director del Centro de Evaluación Económica del oficial Instituto de Finanzas y Banca, la decisión china fue "acertada y oportuna", puesto que permitió liberar la masa en una situación de rebote alcista de la divisa verde. "El dólar estadounidense continuará depreciándose a largo plazo", vaticina Liu.
Sin embargo, lo que más preocupa a los analistas es que el anuncio chino de bajada de sus activos en dólares coincide con una época de escalada de tensión diplomática entre Pekín y Washington a cuenta de asuntos tan diversos como el Tíbet, Taiwán y la censura en internet.
Evitando mencionarlo abiertamente, los expertos coinciden en señalar que la gestión de las reservas de divisas es un tema delicado, que no debería mezclarse con roces políticos.