
El Banco Central Europeo (BCE) arrancará hoy al ralentí un año que promete emociones de vértigo en el campo monetario. Para empezar, mantendrá los tipos de interés en el 1% en el que se encuentran desde mayo de 2009. Así lo esperan los 51 expertos consultados por la agencia financiera Bloomberg.
Todo indica, además, que reiterará que este nivel es el "apropiado", el salvoconducto con el que lanza al mercado el mensaje de que, por el momento, no tiene prisas por encarecer el precio del dinero.
Tampoco se esperan mayores novedades en el frente menos convencional dispuesto por la entidad presidida por Jean-Claude Trichet. Los analistas consideran que esta vez dejará las cosas como están, después de que en la cita de diciembre anunciara que ya no habrá más operaciones de financiación a 12 meses y que, además, durante la primavera irá retirando el resto de inyecciones a largo plazo -seis meses- y la barra libre mediante la que ha prestado a los bancos tanto dinero como le han pedido y al mismo nivel al que se encuentran los intereses oficiales.
Además, la institución aún cuenta con la mitad de la munición destinada a la compra de cédulas hipotecarias, otra de las iniciativas diseñadas para reforzar la financiación bancaria. Según los últimos datos disponibles, ha empleado 29.489 de los 60.000 millones de euros con los que cuenta este programa, que en principio estará vigente hasta finales de junio.
Salvadas estas cuestiones, el mercado estará pendiente del diagnóstico que emita Trichet acerca de la marcha de la economía y la inflación. Sobre todo, después de que ayer se conociera que Alemania se contrajo un 5% en 2009, más de lo previsto. "Este dato retrasa el calendario de la recuperación y de posibles subidas de tipos por parte del BCE", sostiene José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Adicionalmente, los inversores también seguirán con atención lo que el banquero galo pueda decir sobre la crisis financiera de Grecia y la necesidad de que los bancos refuercen sus balances.