Bolsa, mercados y cotizaciones

RSC.- Tribuna de Expertos: Daniel Sada, presidente de la Fundación 'Integra'

"La nueva misión de Recursos Humanos"

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Sin entrar en lo que seguramente cada uno tendrá como opinión sobre los errores o sobre las correcciones necesarias para la economía de mercado y para el capitalismo tal como lo conocemos. Lo que es verdad es que estamos inmersos en ella y que nos toca vivir en una cadena de producción-consumo, en la que cada uno tiene su papel, pero desde luego la posición de los responsables de RRHH es bastante importante.

Últimamente ha habido una transformación pequeñita de esta economía de mercado tal y como la conocemos, que es la responsabilidad social corporativa de la empresa. En los últimos años está muy presente, hasta en la ciudadanía, ya que hace poco veíamos una encuesta en la que en los últimos cinco años, de 2001 a 2005 el porcentaje de ciudadanos que es capaz de mencionar espontánea y razonadamente el nombre de una empresa destacada por su acción social ha pasado del 4% al 20%.

Las encuestas permiten argumentar que las empresas satisfacen mejor las expectativas de los ciudadanos dedicando recursos y proyectos de acción social. Por otra parte lo vemos también en las memorias de las empresas, se empieza a incorporar un capítulo sobre algo que tenga que ver con la responsabilidad social empresarial, así como en las páginas Web de grandes empresas informan sobre financiación de proyectos de acción social.

Por eso, para no ir contracorriente, si es una cosa que ojalá no sea pasajero, sino algo que surja de la reflexión de la propia entidad de la empresa, creo que en todo esto, especialmente la persona responsable de RRHH tiene un papel muy destacado. Sin duda en las iniciativas solidarias que parten de los empleados, pero también en proyectos como este de Fundación Integra, más escondido, pero que tiene mucho que ver con la maravilla que puede ser un trabajo como el de RRHH, y las posibilidades que tienen a la mano como responsables de RRHH.

La Fundación Integra es una asociación sin ánimo de lucro, que comenzó su labor hace ahora cinco años, partiendo de la idea de que la incorporación al mercado laboral normalizado era la puerta de salida de la exclusión social. Con el objetivo de aproximar el mundo de los servicios sociales al mercado de las empresas, con el convencimiento de que hacía falta un diálogo entre ambos sistemas para favorecer la incorporación social de las personas que se encontraban en dificultad.

Y ésa es nuestra pequeña aportación, nuestro lugar es justo ese. No es el de las ONG tradicionales, porque no trabajamos directamente con la inserción de personas. No es el de las empresas porque no somos una empresa. Sino que es el intentar servir de puente entre dos mundos que a veces necesitan de esa conexión.

Los colectivos con los que trabajamos provienen de cárcel, droga, prostitución, jóvenes en riesgo, parados de larga duración... personas que por alguna razón, en esta cabalgada impresionante del progreso y del bienestar social se caen del caballo, y recorren el resto del camino colgados del estribo o arrastrados. Y echarles una mano, y subirles al caballo es parte de lo que entre todos estamos intentando hacer.

Nuestra experiencia en estos cinco años, ya con 500 personas contratadas, es que por un lado, el porcentaje de fallidos de las personas que proceden de colectivos de exclusión, que enviamos a las empresas, y que son contratadas, no es superior al porcentaje de fallidos de las personas que llegan con un currículum normal. Las valoraciones positivas (80%) son parecidas al tanto por ciento de valoraciones positivas que reciben personas que proceden de colectivos normales.

Algo que es llamativo, personas de colectivos tan complicados, que triunfen y se adapten al trabajo en una empresa. Pues después de estos cinco años hemos comprobado que, de hecho sucede, y es un símbolo de esperanza y de agradecimiento a las empresas que apuestan por ellos.

Por otra parte, directores de RRHH de empresas colaboradoras con Integra, nos han comentado que hay gente que precisamente proviene de colectivos como el de cárcel, que desarrollan ciertas habilidades muy importantes como es el trabajo disciplinado, ordenado...O gente que proviene de drogodependencias que ha desarrollado una fuerza de voluntad muy grande y un conocimiento muy importante de sí mismos.

Jóvenes en riesgo de exclusión que tienen una capacidad espectacular para empatizar con todo tipo de personas, que saben hacer de catalizadores y de generadores de buen ambiente en las empresas y en sus equipos.

Bien es cierto que cuando un responsable de RRHH recibe un currículum de alguien que ha estado en la cárcel, o ha tenido problemas con las drogas, uno se pone en guardia, pero por otro lado hay que pensar que esa persona a la vez en su problema y en paralelo ha desarrollado unas capacidades que también son muy importantes para el trabajo y no digamos para la vida, porque superar algo así normalmente dice mucho de una persona.

Y es mejor pensar qué nos puede llevar a apostar por ellos más que a asustarnos por el problema que en su momento tuvieran. Y en esto muchos de los responsables de RRHH de empresas que colaboran con la Fundación están de acuerdo en que dejar al lado los a prioris, por otro lado muy lógicos, de ciertas personas que provienen de un cierto currículum, a veces es muy sano y muy sabio, porque los a prioris engañan.

Otra cosa que hemos descubierto en estos cinco años de andadura es que las contrataciones, aunque sean sustituciones de pocos meses, a veces, aunque sea la simple entrevista, eleva la autoestima de las personas de una manera tremenda, porque entre otras cosas le hace confiar a la persona en la Fundación y en las empresas.

Hemos comprobado también que hay un factor multiplicador indudable, de la persona que logramos insertar en un trabajo normal, sobre su entorno, de oxigenación y de dejar respirar a entornos que tenía verdaderamente agobiados: familiares, amigos,... Cuando una persona sale a flote, está saliendo a flote en el fondo, generalmente, todo un entorno alrededor de esa persona.

Y ante esto, surge la tentación de lo cuantitativo, porque uno dice: ¿y qué es mi aportación en este mundo, en este gran problema? con la cantidad de gente que necesitaría esto, ¿que significan 500 personas integradas en un país como España, en una ciudad como Madrid que tendrá miles de ellos? Y yo siempre digo que si es verdad aquello de que cada persona tiene un valor infinito, cada acción con cada persona que en algo mejore su vida personal, tiene un valor infinito.

Y me permite esto acabar con dos frases que a mi me ayudan mucho, una es de un liberal muy famoso, que decía: "nadie cometió un error más grande que el que no hizo nada porque sólo podía hacer muy poco". Y esto es algo que suele suceder porque a veces pensamos: para lo poco que puedo hacer.... Bueno, a lo mejor es un error pudiendo hacer un poco no hacer ese poco, pensando que es muy poco.

Y luego una frase que a veces nos motiva en la Fundación: "sólo un fruto no crecerá nunca, que es el de la semilla no sembrada". Os invitamos cada día, y os agradecemos que nos permitáis juntos sembrar semillas, que a lo mejor no dan fruto, pero también sembrándola tenemos la posibilidad de que ese fruto se produzca algún día. Y hay muchos frutos hermosísimos que se producen en la Fundación, y a eso os invitamos, a que juntos podamos sembrar estas semillas esperando que den fruto algún día.

Nosotros nos decimos a nosotros mismos, y lo compartimos con vosotros: "atrevámonos a cambiar el mundo".


Daniel Sada.

Presidente de la Fundación 'Integra'.


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