El presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME), Antonio Zoido, considera que, tras dos ejercicios muy convulsos, la bolsa española ofrecerá en 2010 mejores perspectivas, tanto para el mercado de renta variable como para la recuperación económica, y añadió que el consenso de los analistas mantiene un "moderado optimismo" respecto a la evolución de los mercados.
"Hemos asistido a una recuperación de la renta variable a escala mundial que abre una ventana a la confianza" e indica lo relevante que será la recuperación de los precios de las acciones a la hora de conducir la mejora de la economía, tanto mundial como española, añadió el directivo.
Optimismo pero con cautela
En su tradicional discurso de Navidad, el presidente de BME recordó que la revalorización de la bolsa española, que rozará al cierre de este año el 30%, es una de los mayores de la última década, con un recorrido excepcional en los últimos nueves meses -desde marzo el beneficio acumulado supera el 70%-.
Hace exactamente un año, el propio Zoido calificó 2008, cuando el mercado español perdió el 39,43%, como un ejercicio bursátil "traumático" y el "más difícil desde 1929".
Ahora, pese al evidente optimismo, reconoció el enorme impacto que la crisis financiera ha tenido y aún tiene en la economía real, así como la persistencia de dudas e incertidumbres tras los procesos de rescate nunca vistos hasta ahora. Además, consideró que episodios recientes "advierten claramente sobre la cautela y la prudencia que la situación actual reclama", ya que aún persiste una contracción del mercado de crédito y altas tasas de desempleo.
Gran recorrido
El recorrido de la bolsa española, aclaró el presidente de BME, no deja lugar a dudas, y entre otros factores citó la reducción de la volatilidad -ha pasado del 90% en diciembre de 2008 al 23% actual- o la alta rentabilidad por dividendo -del 4,7% en noviembre-, que han atraído a numerosos inversores extranjeros.
También destacó la extraordinaria liquidez del parqué español, que cuenta con algunos de los valores más líquidos de Europa y "dos de ellos entre los diez más líquidos del mundo".
Asimismo, el mercado de renta variable ofrece grandes atractivos a los pequeños ahorradores, en un momento en el que los hogares españoles se han convertido en los grandes proveedores de financiación.
De hecho, Zoido recordó que según los datos de la Federación Europea de Bolsas (FESE), la participación de los inversores minoristas es en España "muy superior" a la media europeay destacó que la capitalización del mercado español ha vuelto a superar el billón de euros, tras recuperar 270.000 millones desde enero.
La bolsa se ha consolidado además como una fuente de financiación para las empresas y sólo este año se han captado 9.800 millones de euros gracias a ampliaciones de capital y más de 61.500 a través de deuda corporativa. En este sentido, el presidente de la Bolsa hizo referencia al Mercado Alternativo bursátil (MAB), en el que por primera vez cotizan dos empresas -Zinkia e Imaginarium-.
También destacó la altísima retribución al accionista, que hasta noviembre rozó los 31.000 millones de euros, el 14,21 por ciento más que el año anterior.
Carencias regulatorias
El presidente de BME no dejó de referirse a las carencias regulatorias que la crisis ha puesto en evidencia, en particular en lo relativo a la transparencia y el control de riesgos, y se mostró convencido de que en un próximo futuro se extremarán los controles.
En concreto, Zoido aseguró que la bolsa española ya se está preparando para después de la crisis, un escenario en el que "saldrán de las sombras" productos financieros complejos y se favorecerán las operaciones en mercados organizados. "Cualquier nuevo sistema deberá sacar de la sombra los productos financieros complejos", dijo, porque "lo que no se puede ver, no se puede supervisar adecuadamente".
El presidente de BME incidió en que la bolsa española está plenamente comprometida en colaborar con las autoridades regulatorias tanto españolas como internacionales en todos los procesos normativos que puedan surgir, pero defendió que los principios reguladores "no pueden ignorar singularidades de probados resultados positivos".