Bolsa, mercados y cotizaciones

La subida del oro, una razón para no fiarse de la bolsa

Lingotes de oro. Imagen: Corbis.

Algunos comentaristas empiezan a ponerse nerviosos a raíz la subida del oro. Es el caso de Brett Arends, de wsj.com, que considera que la tendencia alcista del metal es una buena razón para tener mucha cautela con el mercado de acciones. A su juicio, la espectacular subida del oro desde 260 dólares por onza hace una década hasta los casi 1.200 actuales es un vívido ejemplo de lo que es un mercado alcista.

Y la historia nos enseña que estas tendencias alcistas masivas -como la de la bolsa entre 1982 y 1999, o las materias primas en los 70, o la vivienda entre mediados de los 90 y 2005- sólo tienen lugar después de que termina un gran mercado bajista.

Arends reconoce que parece una obviedad, pero ése es justo el problema: los que están muy invertidos en bolsa están apostando a que el gran mercado bajista que comenzó en Wall Street en el año 2000 terminó a principios de este año. Es decir, están apostando a que el Dow Jones no volverá a caer a su mínimo de 6.440 del 9 de marzo.

¿Y están en lo cierto? Es imposible saberlo con seguridad. A principios de marzo, lo que había era pánico y capitulación, lo que suelen ser signos de un suelo de mercado. Se hablaba de Gran Depresión y la gente vendía hasta los valores más defensivos. Pero, ¿es así como termina un gran mercado bajista? El último ejemplo de ello nos lo ofrece precisamente el oro hace una década. Y fue muy diferente a lo ocurrido ahora en la bolsa.

Como la bolsa en los años 30 y a principios de los 80, el oro terminó su gran tendencia bajista en 1999-2001 con un quejido, no con una explosión. La gente no tenía pánico, simplemente perdió el interés en el activo. Casi no quedaban analistas especializados, y ninguno de ellos era alcista. Ahora todo el mundo dice que estaba comprando oro entonces, pero es mentira. Hasta Gordon Brown, entonces ministro del Tesoro, vendió la mitad de las posesiones de oro del Banco de Inglaterra casi en los mínimos. Una operación ruinosa vista desde hoy, pero que entonces no cuestionó nadie.

Hace 10 años, los fondos de pensiones y los inversores institucionales de todo el mundo apenas tenían oro, si es que lo tenían. El oro era ignorado, un 'nonissue', y nadie lo echaba en falta. Y así es cómo los grandes mercados bajistas suelen morir. No con un estallido dramático, como el de Wall Street en marzo, sino de forma silenciosa y oscura, en la noche de los tiempos.

Eso no significa necesariamente, advierte este analista, que las bolsas vayan a volver a mínimos. Los mercados no son máquinas perfectas y los precedentes están para romperse. Pero no debemos ignorar que la Historia dice que una tendencia alcista generacional, como la de Wall Street entre 1982 y 1999, suele ir seguida de una tendencia bajista también generacional. "Me sentiría mucho más cómodo con la bolsa si todo el mundo hubiera perdido completamente el interés, como hicieron con el oro hace diez años", concluye Arends.

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