La CE estima que no siempre un bajo nivel de impuestos contribuye a un mayor crecimiento económico
BRUSELAS, 17 (EUROPA PRESS)
España es uno de los países de la UE que registra una menor presión fiscal, con el 34,6%, según un estudio presentado hoy por la Comisión Europea que indica que se sitúa entre los Estados miembros que menor porcentaje aportan a su Producto Interior Bruto (PIB) en concepto de todos los tipos impositivos y que concluye que, a pesar de que la carga fiscal se incrementó entre 1995 y 2004, España es el segundo país de los antiguos 15 Estados miembros con un menor nivel de impuestos.
El estudio comparativo sobre los sistemas de impuestos en la UE muestra que, según los datos de 2004 -los últimos disponibles-, la proporción de los impuestos españoles sobre el PIB fue de 34,6%, tres puntos por debajo de la media de la UE de 25 Estados miembros y, teniendo en cuenta a los antiguos Estados miembros, sólo superado por Irlanda en la cola del menor porcentaje. Por el contrario, España superó en un 0,9% a los nuevos Estados miembros.
El estudio analiza el nivel de participación de todos los tipos impositivos en los PIB -directos (IRPF), indirectos (IVA) y contribución social- que, en el caso de España se mantiene, respectivamente, en el 35, 30 y 35% de los impuestos totales. Comparado con la UE, los impuestos directos e indirectos son "ligeramente inferiores", mientras que la contribución a la Seguridad Social -12% en España- fue un poco superior -11,5% de media comunitaria-.
El informe señala que el bajo nivel de impuestos en España es especialmente evidente en los directos, a pesar de que se ha observado una traslación desde el IRPF (el 13% del PIB) al impuesto de sociedades, que se ha incrementado en un 1,6%.
Por lo que respecta al IVA, los españoles -12,2%- se sitúan "entre los más bajos de la UE", algo que el estudio atribuye a que la tasa ordinaria ya es de por sí baja -16%-, a lo que hay que añadir dos tasas reducidas de IVA, del 4 y el 7%.
TENDENCIA UE
Teniendo en cuenta los 25 países de la UE, se observa que en 2004 la carga fiscal global -del 39,3% del PIB comunitario- disminuyó en un 0,2% con respecto al año anterior, reiniciando el declive que se interrumpió en 2003 pero de manera sostenida.
Los impuestos se mantienen "generalmente elevados en comparación con el resto del mundo", puesto que las tasas de imposición en la UE superan las de Estados Unidos y Japón en unos 14 puntos porcentuales, a pesar de que el estudio constata que varían mucho de unos países a otros.
Así, los países con impuestos más altos son Suecia (50,5%) y Dinamarca (48,8%), frente a Lituania (28,4%) y Letonia (28,6%). En este caso, el estudio constata que los nuevos Estados miembros "tienden a tener una tasa de imposición más baja", una tendencia que rompen, sin embargo, países como Irlanda (30,3%), Portugal (34,5%) o España (34,6%).
Teniendo en cuenta estos porcentajes, fuentes de la Comisión Europea consideraron que no puede establecerse de manera generalizada el vínculo que tradicionalmente liga a los impuestos bajos con un mayor crecimiento económico, sobre todo teniendo en cuenta el rendimiento de las economías de los países europeos que tienen una mayor presión fiscal.
Indicó que "si se observa el crecimiento por niveles de impuestos hay algunos Estados miembros que tienen impuestos muy altos y un buen rendimiento económico" y viceversa, "también se pueden encontrar Estados miembros con un bajo nivel de impuestos y un mal funcionamiento económico".
"La explicación es que los impuestos son un factor importante en el crecimiento económico, pero no el único", explicaron las fuentes y agregaron que "hay que ver la calidad del gasto porque si el nivel de impuestos se gasta de manera inteligente será mejor que tener menos impuestos y gastarlos de peor manera".
TASA MEDIOAMBIENTAL
La clasificación en los puestos de menos presión fiscal de la UE se hace más notable aún teniendo en cuenta el impuesto sobre el medio ambiente, que con un 5,8% es "muy bajo" con respecto a la UE (6,6%) y donde sólo es superada por Eslovaquia. El documento aclara que la mayor parte de este tipo de impuesto se concentra en la energía (4,6%), mientras que el que se aplica a la polución es "casi inexistente", con el 0,1%.
Junto al IRPF, el IVA y las contribuciones sociales, la Comisión Europea establece otra clasificación atendiendo a tres tipos distintos: el consumo, el capital y rentas del trabajo.
En España, el impuesto sobre el consumo es, con 9,6%, dos puntos porcentuales menos que en la UE y se convierte en el más bajo detrás de Chipre y Malta. Por el contrario, el impuesto sobre el capital se incrementó, de manera que España sobrepasa con un 9,5% la media europea, de 7,5%.
El impuesto sobre las rentas del trabajo se mantuvo en el 15,9% del PIB en 2004, también menor que la media de la UE (18,5%), algo que el informe considera normal dentro del sistema impositivo español, acostumbrado a tener bajos niveles y que alcanzó sus cifras más inferiores en relación al resto de la UE fue en 1999 (con 27,7% frente a un 35,9% en Europa).
El documento de la Comisión indica que "los incrementos posteriores en el impuesto sobre la renta del trabajo -de 2000 a 2002- pueden atribuirse a un notable incremento de la remuneración y los salarios sujetos a este impuesto como resultado de un fuerte proceso de creación de empleo observado en la economía española en los últimos años".