
No son los cuatro euros a los que dijo que llevaría los títulos de Jazztel (muy lejos están aún de serlo), pero vista la caída casi continuada de la acción desde marzo de 2005, al presidente de la operadora, el fundador de Telepizza, Leopoldo Fernández Pujals, le deben saber a gloria los 0,79 euros a los que cerró ayer la acción.
Ha sido un trabajo minucioso, una guerra de guerrillas la que ha librado Pujals, a quien no se le caen los anillos por decir que de telecomunicaciones no sabe, que para eso está su equipo. ¿El técnico o el legal? He ahí la cuestión. Y la respuesta en cualquier caso dice que el 21,33 por ciento que tiene Pujals hoy en Jazztel (JAZ.MC) (tras la disolución por la operación con Société Générale) vale 238 millones de euros, de los que 143 millones son ganancia.
Pese a multiplicar por 2,5 lo invertido, la participación de Pujals tuvo tiempos mucho mejores: los seis primeros meses. Desde entonces, la acción no ha conocido sino sinsabores salvo días puntuales. Pero el barro sobre el que parecía pisar Jazztel en sus días de subida se está convirtiendo en roca firme a base de sentencias judiciales que pesan más que el negocio.
Plusvalías en porciones en los últimos tiempos
Remontada de la compañía en los últimos meses. En euros
Fuente: Bloomberg y CNMV/ elEconomista
La historia
Pujals compraba el 24,9 por ciento de Jazztel en octubre de 2004 por 61,8 millones a razón de 0,256 euros por título. La operación se dividía entre 48,1 millones comprados en títulos procedentes de una ampliación de capital realizada expresamente para él y 13,8 millones en bonos que convertiría en acciones nada más entrar en la operadora. En mayo de 2005, Pujals acudiría a la emisión de bonos (la compañía pidió dinero por valor de 275 millones) elevando a 95 millones lo invertido.
Jazztel prometía crecimiento y para ello necesitaba financiación. Empieza la caída y la guerra judicial de Jazztel. En junio de aquel año, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) emite dos resoluciones que dan la razón a Jazztel frente a Telefónica. Al parecer, ésta pone obstáculos al alquiler de su red a Jazztel.
Obligada a reducir sus previsiones de crecimiento
A finales de mayo de aquel año la CNMV pedía a Jazztel explicaciones sobre las previsiones de crecimiento de su negocio. El regulador no lo veía claro. Jazztel se ve obligada a reducir sus previsiones de ingresos para 2007 cerca del 12 por ciento. No sería la última revisión a la baja de la compañía, a finales de 2005 tiene que reconocer que no llega a las cifras previstas para ese año y volvería a hacerlo a finales de 2006. Pero el argumento queda anclado: la culpa la tiene Telefónica. Lo dice el propio Pujals en caros anuncios televisivos en prime time. Las denuncias ante la CMT se acumulan.
El 17 de noviembre Jazztel hace público el cambio de estrategia. Se acabó limitarse al regulador del sector. La operadora pasa a denunciar ante el Servicio de Defensa de la Competencia a Telefónica al tiempo que presenta tres demandas ante la justicia ordinaria contra la operadora y su consejo. Las cantidades que demanda, de haberlas conseguido, le habrían salvado más de tres años de facturación, según sus propios objetivos para 2005. Nada menos que 337 millones de euros por daños y perjuicios a Telefónica y 456 millones a su consejo de administración. Sólo se ha resuelto la primera, en favor de Jazztel, pero con una indemnización que quedó en el 0,2 por ciento de lo solicitado.
En medio, se cuela la demanda contra Jazztel de una antigua filial, Ya.com, que quiere impedir a Jazztel dar ADSL residencial.
Salva sus conflictos
Todos y cada uno de los conflictos resueltos hasta la fecha, incluido el de Ya.com, han sido a favor de Jazztel, con dos hitos significativos que destacan. El 17 de noviembre, cuando la CMT impuso a Telefónica una sanción de 20 millones de euros. Y el 15 de diciembre, cuando se le dio la razón frente a Ya.com.
Ahora, Jazztel está a punto de sellar un acuerdo con quien ha sido su enemigo número uno, Telefónica, tal y como adelantó ayer La Gaceta de los Negocios, abandonar los juzgados a cambio de compensaciones por ambos lados. Según ha podido saber elEconomista, es probable que el acuerdo se cierre la próxima semana tras cerca de dos meses de negociaciones. La estrategia del juzgado, al parecer, funciona.