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La Fed y el BCE hablan de una nueva era de inestabilidad: "Podríamos ver shocks de oferta persistentes"

  • Powell afirma que viene un era de desafíos para la economía y los bancos centrales
  • De Guindos ve un golpe en el sistema financiero por el nuevo contexto comercial
  • El BCE señala también una regulación bancaria en EEUU trayendo volatilidad
Fed (Bloomberg)

Algunos de los máximos representantes tanto del BCE como de la Fed han salido este jueves al paso para anticipar un cambio radical en la política monetaria a ambos lados del Atlántico. Ambos mencionan que los cambios que han traído Donald Trump y los eventos macro que han asolado al mundo los últimos años han cambiado el paso a ambas instituciones y ahora solo queda esperar que, pese a que bajen los tipos, se mantengan más altos en medio de una marea de incertidumbre.

Jerome Powell, presidente de la Fed ha sido el último en hablar. El alto cargo norteamericano explicó en su discurso durante la Conferencia de Investigación Thomas Laubach organizada en Washington que "vemos unos tipos reales más altos anticipando que la inflación sea más volátil de ahora en adelante que durante la última década". Powell exponía que "es posible que estemos entrando en un periodo de shocks de oferta más frecuentes y persistentes, lo que supondrá un desafío para la economía y los bancos centrales".

En su última reunión el 7 de mayo, la institución mantuvo sin cambios el precio del dinero a la espera de conocer más el impacto de los aranceles. Según explicó en aquel momento la Fed "hay riesgos de un mayor desempleo y una mayor inflación". Ahora los mercados esperan que para lo que resta de año se realizan solo dos recortes de 25 puntos básicos para dejar el precio del dinero en el rango de 3,75%-4%.

Más allá de los próximo movimientos Powell habla en su discurso de cambiar el lenguaje y el marco con el que funciona la reserva federal. Concretamente habla de cambiar el marco que guía sus decisiones ante la entrada en una nueva era tanto de inflación como de mayor volatilidad. En 2020 la Fed renovó su enfoque en el que hablaba de que no subiría los tipos de interés durante periodos de bajo desempleo para evitar presiones inflacionarias ante los "déficits en el objetivo de empleo".

Según ha indicado Powell, tanto él como sus compañeros han mencionado que "consideraban apropiado reconsiderar el lenguaje sobre los déficits. Y en nuestra reunión de la semana pasada, tuvimos una postura similar sobre el objetivo de inflación promedio".

"Tener expectativas bien definidas es fundamental para todo lo que hacemos y hoy seguimos totalmente comprometidos con el objetivo del 2%"

Respecto a la inflación, tras la última revisión de 2020, la Fed adoptó un nuevo marco que apuntaba a lograr una inflación moderadamente superior al 2% durante "algún tiempo" después de períodos en que la inflación se mantuvo persistentemente por debajo de ese nivel, un enfoque conocido como objetivo de inflación promedio flexible. Este cambio se debió a que se venía de una época de muy baja inflación, ahora la realidad ha cambiado y el enfoque debe hacerlo también.

"Tener expectativas bien definidas es fundamental para todo lo que hacemos y hoy seguimos totalmente comprometidos con el objetivo del 2%", afirmó. Además, Powell sentenciaba que ahora el entorno en mucho más volátil. "Podríamos estar entrando en un período de shocks de oferta más frecuentes y potencialmente más persistentes, un desafío difícil para la economía y para los bancos centrales".

El BCE habla de riesgos por los aranceles

Mientras Powell hablaba del cambio de paradigma que viene de ahora en adelante con los aranceles, El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), el español Luis de Guindos, ha advertido este jueves de que las tensiones comerciales plantean "riesgos particulares" para una economía como la de la zona euro, "profundamente integrada en las cadenas mundiales de suministro".

"La preocupación más inmediata es que las actuales tensiones comerciales puedan desembocar en una guerra comercial, con consecuencias negativas potencialmente significativas para el crecimiento mundial, la inflación y los precios de los activos. Dado que la economía de la zona del euro es muy abierta y está profundamente integrada en las cadenas de suministro mundiales, existen una serie de vulnerabilidades para la estabilidad financiera que podrían ponerse a prueba", ha asegurado.

"Un aumento considerable de la incertidumbre de la política comercial estadounidense, hasta más de 60 veces la media histórica, ha inyectado una volatilidad significativa en los mercados financieros"

Durante su intervención en Ámsterdam en el 39 encuentro anual de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por sus siglas en inglés), Guindos ha señalado que en el entorno actual "de gran incertidumbre y volatilidad", la probabilidad de que se produzcan "acontecimientos inesperados" sigue siendo elevada. "Un aumento considerable de la incertidumbre de la política comercial estadounidense, hasta más de 60 veces la media histórica, ha inyectado una volatilidad significativa en los mercados financieros. La incertidumbre de la política comercial también puede provocar una mayor volatilidad de los tipos de cambio, afectando a las decisiones de inversión de cartera y a los flujos de capital", ha afirmado.

"A pesar de la amplia resiliencia tanto en el sector financiero como en el no financiero, no hay margen para la complacencia", ha dicho en la conferencia en Ámsterdam. "En este entorno altamente incierto y volátil, la probabilidad de eventos extremos sigue siendo alta".

"Las incertidumbres derivadas de las tensiones comerciales, la desregulación y la menor cooperación internacional alimentan la preocupación por la fragmentación económica y normativa mundial", ha recalcado. Guindos ha avisado de que la escalada de las tensiones comerciales podría afectar a las empresas y los hogares de la zona del euro, "con posibles riesgos crediticios tanto para los bancos como para las entidades no bancarias".

Desregulación bancaria

Respecto al sistema financiero además pueden venir cambios importantes que traigan volatilidad muy pronto. Guindos se refiero a este como uno de los riesgos para el sistema de ahora en adelante. Esto se debe a que la Casa Blanca estaría preparándose para reducir los requisitos de liquidez para las entidades financieras que vienen de la crisis de 2008. Los ocho bancos estadounidenses más grandes deben disponer del denominado capital de primer orden (capital ordinario, beneficios no distribuidos y otras partidas destinadas en primer lugar a absorber pérdidas) por un valor mínimo del 5% de su apalancamiento total.

En Europa, tras los acuerdos de Basilea III de 2014, este nivel de capital de primer nivel (basado en el protocolo CET1) debe tener un coeficiente del 4,5% sobre el apalancamiento. En otros países oscilan entre el 3,25% y el 4,25%.

Según el Financial Times, la propuesta de los reguladores plantea dos opciones. O bien, se reduce el coeficiente a niveles similares a los decretados por la Unión Europea y otros países; o bien, se excluye del cálculo del balance activos relativamente seguros como los bonos del Tesoro y depósitos en bancos centrales.

Esta decisión de EEUU viene de largo y ya se ha ido preparando el terreno durante meses. Particularmente desde la elección de Michelle Bowman para supervisar la banca de EEUU. Durante la era de su predecesor, Michael Barr, Bowman votó en contra de los requisitos de liquidez y expresó sus preocupaciones por los requisitos de capital más estrictos. Según la economista los problemas en los mercados financieros se debieron más a fallos graves en la supervisión que en la falta de colchones de liquidez. En ese sentido considera que un aumento en los mismos "podría dañar significativamente la economía" y sin ser realmente determinante para evitar estas crisis.

Pese a los riesgos que pueda traer una desregulación bancaria, pocos dudan del impacto positivo que puede generar en el corto plazo en el PIB. El Economic Policy Innovation Center habla abiertamente de que solo con no aplicar las nuevas regulaciones de Basilea "el PIB de EEUU debería aumentar un 1,8%". Desde la propia Casa Blanca publicaban un informe en 2018 relativa a su primer mandato habla de un impacto anual del 0,8% si se recortan los colchones de liquidez.

Desde PWC por su parte explicaban en un informe a comienzos de 2025 que los riesgos de un momento crítico en la liquidez restarían hasta 56 puntos del PIB al año. Si bien en momento concretos una mayor liquidez permitiría crecer, desde la consultora explican que una eventual crisis hará más daño de lo que se gana quitando estos escudos.

Pero, ¿cómo afectaría esto a Europa? Desde Commerzbank explican que o bien Europa sigue esta senda de relajación o pondrá a su sistema financiero en desventaja frente al de EEUU, lo que impone un golpe significativo. "Afectará desproporcionadamente a los bancos de la UE. Además, una implementación unilateral de la UE exacerbaría aún más las desventajas competitivas ya significativas de los bancos de la UE en el negocio de los mercados de capitales" comenta la firma.

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