El jueves, el Tesoro americano lanzó con éxito una subasta de bonos a 30 años, en la que la demanda superó en 2,68 veces la oferta. Este hecho aleja momentáneamente los temores sobre los riesgos de colocación de las cuantiosas emisiones de deuda publica gubernamental.
Por otra parte, suaviza las tensiones sobre los tipos hipotecarios a 30 años, que en las últimas semanas habían experimentado un rebote, lo que afecta negativamente a la morosidad y las ejecuciones hipotecarias y lleva por tanto, a la estabilización del sector inmobiliario.
