
El precio del petróleo sitúa al barril Brent, la referencia del crudo cotizado para Europa, en la zona de los 70,3 dólares. Un repunte del 5,7% en lo que va de año que da un respiro a las compañías del sector, que cerrarán el 2024 con un recorte de beneficios respecto a ejercicios anteriores. No obstante, la reciente subida del petróleo no mejora las expectativas del beneficio operativo que se espera para este 2025, ya que de media el petróleo se situará por debajo de esta referencia en el conjunto del año.
El consenso de expertos revisa a la baja el beneficio bruto de explotación (ebitda) en compañías como Shell, BP o la portuguesa Galp. Mientras tanto, los expertos que reúne FactSet mantiene prácticamente sin cambios el beneficio que se espera en la italiana Eni y en la petrolera integrada del Ibex 35. Y es que en casos como el de Repsol pesa también el precio del gas además del petróleo en sí mismo.
Así, por encima de la media estaría Shell, que alcanzará un ebitda de 57.775 millones de euros en 2025 (un 2,6% más de lo que esperaban los analistas antes de cambiar de año) y Equinor; cuyo beneficio para este año será un 4,3% superior a lo que se descontaba con un precio del petróleo más bajo. La clave de esta mejora de valoraciones viene, principalmente, por el margen de refino. La mayoría de las petroleras integradas europeas sacan mayor rendimiento de su actividad con unos precios del crudo altos. Al participar en toda la cadena de producción (desde la exploración de yacimientos hasta el refino y comercialización) a mayores precios, sin que afecte a la demanda, mayor beneficio.
Las previsiones siguen adelantando que en el 2025 existirá un superávit de oferta. No obstante, no será tan alto como el visto en el año pasado. En un contexto de volatilidad y la incipiente guerra comercial entre China y Estados Unidos, la demanda será más fuerte mientras entra en juego el riesgo de escasez de suministro. Las nuevas sanciones a Rusia plantean un nuevo reto para Europa que deberá de buscar combustible en geografías más lejanas y, por lo tanto, a mayor coste. Esto juega a favor de las compañías con un pie en el negocio del crudo.
La Agencia Internacional de Energía estima que los inventarios mundiales aumentarán en 725.000 barriles diarios en 2025. Esto implica un ritmo casi un 30% inferior al visto el año pasado. Por contra, el consumo mundial estará en la misma línea del visto en 100.000 barriles.