
Ventas moderadas de bonos en el mercado secundario y repuntes, por tanto, de las rentabilidades de la deuda. Esto es lo que ha predominado en el mercado de renta fija soberana en el arranque de 2025, esto es, en las sesiones de este jueves y viernes (ya que el miércoles el mercado permaneció cerrado por la celebración del Año Nuevo). El rendimiento del bono español a 10 años despidió la semana en el 3,10%, su nivel más alto desde mediados de noviembre del año pasado. Esta rentabilidad ha subido casi verticalmente desde mediados de diciembre, cuando había retrocedido hasta el 2,75% (las rentabilidades de la deuda soberana cayeron en bloque después de la victoria de Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre).
Las ventas de las últimas semanas no han sido protagonistas sólo en lo que se refiere a la deuda del Reino de España, sino que han sido comunes a los soberanos tanto en Europa como al otro lado del Atlántico. De hecho, el rendimiento del bono de Francia a 10 años ha alcanzado el 3,29%, holgadamente por encima del español y en máximos no vistos desde el pasado mes de julio.
Más arriba está la rentabilidad del bono italiano en este inicio del año, que ronda el 3,60%, mientras que el británico alcanza el 4,60%. El portugués está en el 2,90%. Por su parte, el Bund alemán se mueve en el entorno del 2,42%, un máximo que lo devuelve al inicio de noviembre.
En Estados Unidos, el T-Note se mueve en el entorno del 4,57%. La rentabilidad ha subido, igual que ha ocurrido en Europa, de forma abrupta desde primeros de diciembre, cuando rondaba el 4,15%. Aún así, todavía sigue por debajo del que fue su máximo de 2024, el 4,70% que tocó en el mes de abril del año pasado. "Creemos que la Fed tendrá dificultades para bajar los tipos de interés de forma sustancial a partir de ahora. Esto significa que los rendimientos seguirán siendo elevados durante algún tiempo", explica Alex Everett, director de inversiones de abrdn. "Sin embargo, los bonos con vencimientos más largos pueden ceder aún más. Las curvas se inclinarán a medida que los mercados incorporen mayores niveles de prima por plazo (la rentabilidad adicional que los inversores exigen por mantener bonos a más largo plazo) en los rendimientos", añade.