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Cerco al 'greenwashing': la ESMA ata en corto a los fondos de inversión 'verdes' o 'sostenibles'

Verena Ross, presidenta de ESMA. Foto: Alamy.

Cerco al ecopostureo en los fondos de inversión. Desde hoy jueves, los fondos verdes que se lancen al mercado tendrán que aplicar las nuevas exigencias de la Esma, la Autoridad Europea de Valores y Mercados, para estos productos. El órgano supervisor va a atar en corto a los fondos que quieran incluir en sus denominaciones palabras como Sostenible, Verde... o acrónimos como ESG (que alude a los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno). Les dirá en qué (y cuánto) tienen que invertir, y ha vetado ciertas compañías, como las petroleras. Desde este 21 de noviembre, la norma aplica para los fondos que se lancen al mercado en los países de la UE; los fondos ya existentes tendrán para adaptarse hasta mayo de 2025. El objetivo es evitar que las carteras de estos productos no sean realmente verdes, y que su nombre acabe siendo un mero reclamo marquetiniano.

¿En qué consisten estas nuevas exigencias? Los fondos cuyos nombres incorporen términos como Sostenibilidad, Impacto, ESG, o Medioambiental -entre otros- tendrán que dejar fuera a empresas que obtengan el 10% o más de sus ingresos de la prospección, refino o distribución de petróleo; tampoco podrán invertir en compañías que extraigan carbón. Además, tendrán que excluir a las compañías en que un 50% de la facturación dependa del gas, y a las utilities que generen electricidad por encima de determinado nivel de emisiones.

Estas directrices afectan aproximadamente al 10% de los fondos de la UE, según los cálculos de Sustainable Fitch (la división de sostenibilidad de la agencia de rating Fitch), que estima que unos 6.500 fondos europeos incluyen en sus denominaciones palabras como las mencionadas. Los españoles son cerca de medio centenar, más todas sus clases. La CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) ya ha confirmado que aplicará estas indicaciones, que aumentarán "la armonización a nivel europeo y la protección de los inversores", señaló el regulador en un comunicado.

Fondos de inversión ESG

Según los datos de Morningstar, más de 40 fondos a la venta en Europa ya ha optado este año por suprimir esas palabras clave de sus nombres, para cumplir con Esma. Barclays cifra en más de 15.000 millones de euros la cantidad de dinero que tienen invertido los fondos europeos con nombres sostenibles en compañías energéticas, principalmente petroleras, que podrían violar estos umbrales. El banco añade otros 2.200 millones, aproximadamente, que están invertidos en utilities, y casi 4.000 en empresas de consumo básico que es posible que tengan que salir de los fondos, como ya publicó elEconomista.es. Pero que hasta ahora hayamos visto petroleras en fondos verdes no tiene por qué ser greenwashing, como aclara Claudia Antuña, socia de AFI responsable de Sostenibilidad. "La abreviatura ESG hace referencia no sólo a cuestiones medioambientales, sino también sociales y de gobernanza. Además, dichas cuestiones no aluden a la actividad económica de las empresas. Por tanto, podría darse el caso de que, bajo un enfoque ESG, un fondo de inversión sí invierta en una petrolera, siempre y cuando ésta presente un perfil ESG elevado. En estos casos, no se estaría produciendo un caso de greenwashing, porque la inversión busca premiar las mejores prácticas en relación con la sostenibilidad", explica.

"Consideramos que el greenwashing implica una voluntad de engaño y tengo serias dudas de que las gestoras la tengan", defendía la semana pasada Sonsoles Santamaría, directora general de Negocio de Tressis, durante su intervención en el IV Foro ESG de elEconomista.es. La industria de gestión de activos ha tenido que asumir en los últimos años un auténtico terremoto normativo y adaptarse a una regulación que ha sido tremendamente criticada por su exigencia y por su calendario. Por ejemplo, a las gestoras se les ha exigido etiquetar sus fondos sostenibles como tales, pero para hacerlo necesitaban unos datos -los datos de sostenibilidad de las compañías en las que invierten- que las empresas no estaban obligadas a reportar.

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