Bolsa, mercados y cotizaciones

Al mercado le queda una cuarentena para consolidar lo que ya ha hecho en el año

Cuando el miércoles conozcamos quién es el ganador de las elecciones estadounidenses del Supermartes, al mercado todavía le quedará pasar una cuarentena para rubricar si 2024 se convierte en un buen año de bolsa y, además, se borra la maldición de los años pares, tras las importantes pérdidas de renta variable en Europa de 2018, 2020 y 2022.

Gane quien gane la Casa Blanca, lo que hay que esperar es que republicanos y demócratas continúen perpetuando la indisciplina fiscal de no hacer nada de dieta ni ejercicio después de haber engordado hasta niveles mórbidos el endeudamiento. El apalancamiento de la primera economía se ha duplicado desde los niveles previos a Lehman casi el 125% actual. Y, lo más sorprendente es que no hay un superávit fiscal desde que Clinton presidió el período más largo de expansión económica en tiempos de paz en la historia de Estados Unidos, con tres ejercicios sin incrementar la deuda: 1998, 1999 y 2000.

Recalco que al mercado le quedará una cuarentena tras las elecciones porque muy poco es lo que le quedaría por subir en el año. Y lo importante es que no pierda lo logrado en el ejercicio. Para que esto ocurra, por encima de los resultados electorales y la política monetaria, la columna vertebral para consolidar lo que llevamos en el año es que la velocidad de crucero en la mejora de beneficios no se reduzca.

Las carteras moderadas y agresivas de un inversor europeo deben llevar acumuladas en lo que llevamos de año entre el 6% y el 10% de rentabilidad. Aproximadamente entre cien y doscientos puntos básicos más de rentabilidad de lo presupuestado a comienzos de año. Por eso creo que si las estimaciones de crecimiento de beneficio de las compañías siguen siendo refrendadas en las presentaciones oficiales de resultados, el mercado pasará la cuarentena que le permita corroborar las ganancias ya logradas.

La carrera por interpretar dónde va a estar el precio del dinero, para mí, pasa a segundo término. Como decía anteriormente por la indisciplina fiscal de quien gane la Casa Blanca, a la Reserva Federal le queda el papelón de qué hacer con sus decisiones con una economía calentada. Recordemos que a finales del año pasado la expectativa de hasta siete bajadas del precio de dinero llevaron al bono estadounidense a diez años hasta el 3,75%. Venía de casi el 5%. Hoy se encuentra en el 4,3%, y provoca pérdidas en el año.

Curiosamente se encuentra en el punto intermedio entre el mejor y el peor momento para entrar. Ya he recalcado mi seguridad en la indisciplina fiscal de Trump y Harris, pero también estoy seguro que habrá más bajadas de tipos. Si esto sucede, el dólar debería debilitarse. Por lo que mejor renta fija americana, en estos niveles, en euros.

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