
TELEFONICA
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Con una bolsa que desde hace casi cuatro años no ha roto su tendencia alcista, casi todos los inversores que se quedaron pillados con el estallido de la burbuja tecnológica en un valor han recuperado su precio de entrada. Sus accionistas ya no acumulan pérdidas.
La única compañía en la que los inversores lloraban amargamente el pasado es Telefónica (TEF.MC). No es extraño escuchar la siguiente conversación cuando se juntan dos de sus accionistas: "Yo compré a 22 euros y luego promedié a 20 y a 18, con lo que tengo unas minusvalías latentes que no compensa que incluso volviese a entrar en 10 euros".
Pero la verdad es que aunque muchos inversores no se hayan percatado, sólo quienes compraron acciones de la operadora en el primer trimestre de 2000 no han recuperado su inversión inicial, cuando la acción superó los 22 euros e incluso alcanzó los 28,69.
Sus accionistas ya no acumulan pérdidas.
Llegado a este punto se preguntará cómo si compró por encima de veinte euros ya no claudica con sus matildes si la acción se halla en 16,8 euros -subió ayer un 1,76 por ciento-. La respuesta se encuentra en las distintas retribuciones que ha ido cobrando el accionista de la operadora en los últimos años y que no están integradas en el actual precio de la acción.
Desde que la compañía volvió a la política de dar dividendos en julio de 2003 -que se olvidó en la era Villalonga- ha entregado 1,7 euros. A esta retribución hay que sumar el dividendo en especie que Telefónica pagó en junio de 2005 de una acción por cada 25 acciones antiguas procedentes de la autocartera de la compañía. Esta remuneración incrementa el precio actual de los títulos de Telefónica si se conservan desde entonces en un 4 por ciento.
Más dinero embolsado
Pero el accionista de Telefónica se ha embolsado en los últimos años más dinero con sus acciones. En octubre de 2003 cobró un dividendo en especie consistente en acciones de Antena 3 -la relación de canje se fijó en una acción de la cadena de televisión por cada 295,6 de Telefónica-.
En junio de ese mismo año, la compañía realizó una reducción del capital social mediante la amortización de un total de 101.140.640 acciones propias procedentes de la autocartera, representativas de un 2 por ciento del capital de la compañía. Además, el inversor que compró acciones de Telefónica en 2000 se apuntó seis ampliaciones liberadas de capital de un nuevo título por cada 50 antiguos, que cada una de ellas suponía en su momento una mejora de la rentabilidad del 2 por ciento.
¿Y la deuda?
Y si la duda era la capacidad de Telefónica de mantener esta política de retribución después de duplicar su deuda con la compra de O2, ayer se encargó de despejarla Standard & Poor's al elevar de negativa a estable la calificación de la deuda de la teleco española. S&P está convencida, según su analista Leandro de Torres, de que la máquina de generar caja en que se ha convertido Telefónica y la refinanciación de la deuda que acaba de cerrar le permitirá que dicha deuda se reduzca a 2,5 veces el beneficio bruto en 2008 frente al 2,8 que luce ahora, tal y como ha prometido Telefónica.
Podrá hacer frente a pagos por su deuda que van desde 5.200 millones de euros en 2007 a 6.200 millones en 2010. Y como vende Endemol, Airwave y probablemente el 10 por ciento de Portugal Telecom, podrá hacer compras sin saltarse sus compromisos con los inversores.
Evolución del título en bolsa y remuneraciones a los inversores
(*) Número de veces que el precio de la acción recoge el beneficio.
(**) Diferencia entre el precio actual y el precio objetivo del consenso de analistas incluyendo el dividendo previsto.
Nota: entre paréntesis, variación en euros.
(*) Distribución de acciones propias procedentes de la autocartera, a razón de una acción por cada 25.
(**) Distribución extraordinaria de dividendo en especie consistente en acciones de Antena 3. El canje fue de un título de la compañía televisiva por 295,6 de Telefónica.
(***) Amortización de capital.