
Las 'fiestas Tupperware' han llegado a su fin. La mítica firma de recipientes de plástico, tan famosa que originó la palabra 'táper' para referirse a este tipo de productos, está a punto de declararse en bancarrota y solicitar la tutela judicial, según ha adelantado la agencia Bloomberg. Un golpe esperado tras años de crisis permanente, pero no por ello menos duro para una firma a punto de cumplir los 80 años de vida.
El fabricante de recipientes tiene deudas por valor de 700 millones de dólares, y esta semana ha roto las condiciones del acuerdo con sus deudores para devolverlos, incluso después de haberlo renegociado ya este año, ante el desplome sin fin de sus ventas. La compañía ya había avisado en marzo de que su liquidez estaba bajo mínimos, y que cualquier mínima complicación les obligaría a bajar el telón.
Tupperware lleva años advirtiendo del descenso constante de sus ingresos. La crisis del covid interrumpió sus famosas 'fiestas' en las que sus vendedores promocionaban sus artículos, y la competencia estaba arrasando su modelo de negocio. ¿Para qué ir a una fiesta a comprar tápers cuando cualquier supermercado, físico u online, los vende a patadas, y con materiales menos contaminantes que el plástico?
En 2022, la firma anunció que había reducido su plantilla de vendedores en casi un 20%, aunque mantenía 300.000 vendedores independientes afiliados a la marca. La situación no mejoró, y en junio de este año presentó planes para cerrar su única fábrica restante en EEUU y despedir a sus 150 empleados. Pero la tendencia era ya irreversible: prácticamente lo único valioso que le queda es su nombre. Si el administrador judicial no consigue un milagro, es probable que muchas compañías de recipientes acaben peleándose por convertirse en el 'heredero' de la marca que fundó Earl Tupper en 1946.