Bolsa, mercados y cotizaciones

Las Letras del Tesoro ya sólo son frugales y en unos meses darán hambre

Hace justo un año los inversores podíamos aspirar sin riesgo a casi un 4% de rentabilidad. Era tan sencillo como comprar una Letra del Tesoro. Incluso muchas estrategias diseñadas para las carteras automatizadas, para los roboadvisor, la consecución de una rentabilidad entre el 3,5% y el 4% no era pretenciosa en la parte final del curso pasado. Pero la abundancia de pan de entonces comienza a ser frugalidad hoy y, seguramente, hambruna en el futuro para quienes buscan algo de rentabilidad.

La bajada del precio del dinero ha llevado la rentabilidad de las Letras al 2,88%, provocando que hayan desaparecido del menú de los inversores calificados como tolerantes, aquellos que entienden y están dispuestos a asumir los riesgos de la renta fija. Son precisamente los inversores en deuda con algo de duración los que se están fartucando de la comilona que se están metiendo entre pecho y espalda con sus bonos. La deuda española con vencimiento a julio de 2043, con el cobro de un cupón anual del 3,45%, a comienzo de verano se pudo comprar con un descuento sobre el precio de emisión del 6%. Hoy cotiza a la par y creo que durante el año que viene veremos como los inversores están dispuestos a pagar por encima del precio al que salieron al mercado, reduciendo la rentabilidad real de los intereses cobrados con el objetivo de garantizarse algo más de un 3% los próximos años.

Para los inversores tolerantes y agresivos el refugio que han ofrecido las Letras y los fondos monetarios como cuartel de invierno ha sido tan tranquilizador como corto en el tiempo. En la medida en la que claudique la posibilidad de conseguir un 3% sin riego volverá de nuevo el apetito por los dividendos de la bolsa, mientras no sean excesivos los riegos de recesión y la visibilidad de las retribuciones se imponga a la de los cupones.

Por este motivo la convicción se hace más firme sobre el fondo que asesoramos en elEconomista.es, Tressis Cartera Eco30, cuyo objetivo es duplicar la rentabilidad cada década con la consecución de un 7% anualizado. La media de rentabilidad de los treinta valores que componen la cartera para el año que viene es del 3,82%. Este porcentaje se construye teniendo en cuenta que la cartera en su objetivo de construir un porfolio internacional diversificado y equilibrado cuenta con compañías de un claro perfil de crecimiento en las que la retribución no es un motivo de su elección porque no alcanza el 1,5%, tal es el caso de SS&C Technologies, Hitachi, Encompass Health, Micron, Marvell Technology, Quanta Services, Darling o PDD Holdings. Pero en el otro lado de la balanza hay ocho dividendos que superarán el 6%: Stellantis, Ayven, Forvia, British American Tobacco, Engie, UniCredit, Enel y AXA.

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