
Más que una reunión de trabajo se trató de un encuentro de ocio. Las delegaciones de los países socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se vieron las caras el pasado jueves en su cuartel general de Viena. Pero lo hicieron sin la tensión de las citas previas. El ambiente fue mucho más distendido. Y no era para menos, vista la espectacular subida del crudo en las últimas semanas.
En la anterior reunión del cártel, que tuvo lugar el 15 de marzo, las cotizaciones merodeaban los 45 dólares por barril. Se encontraban, por tanto, por encima de los 35 dólares a los que habían caído en la recta final de 2008, pero seguían muy lejos de los 100 dólares en torno a los que se movían un año antes. Los socios de la OPEP no aspiraban a regresar a esos niveles de tres dígitos, pero al menos sí pretendían que volviera a los 50.
Y sus sueños se han hecho realidad. Es más, no sólo han recuperado la media centena, sino que han rebasado también las cotas de los 60 y los 65 dólares. De ahí la mayor calma con la que la OPEP afrontó la reunión de esta semana. Ayer, el barril Brent, de referencia en Europa, alcanzó los 65,3 dólares, mientras que el estadounidense WTI llegó hasta los 66,07 dólares. En ambos casos se trata de los niveles más elevados desde noviembre. Y han escalado hasta ellos tras protagonizar el mes más alcista de la última década, con unos avances próximos al 30 por ciento. A su vez, este porcentaje crece hasta superar el 40 por ciento en lo que va de año -ver gráfico-.
Mantener las cuotas de producción
Con estos datos sobre la mesa, los países de la OPEP acordaron mantener sus cuotas de producción, por las cuales su bombeo conjunto -sin incluir Irak- debería situarse ahora en los 24,8 millones de barriles. O lo que es lo mismo, una cota que implica que tendrían que recortar su producción en un millón de barriles con respecto a los últimos datos oficiales, correspondientes al mes de abril.
Este hecho actúa como un aviso sobre el mercado, que tiene presente que el cártel aún puede cerrar más el grifo. Pero éste no es el único motivo, ni siquiera el principal, que explica la escalada del oro negro. La aparición de los brotes verdes en la economía mundial, con la consiguiente posibilidad de que repunte -o al menos no caiga tanto- la demanda de crudo, y el retorno del apetito por el riesgo, fomentado por el descenso de la volatilidad y manifestado mediante la depreciación del dólar, están siendo los principales motores de la subida. Y pueden seguir nutriéndola. "El petróleo sube lentamente hacia el próximo objetivo de los 65-70 dólares", afirma Miguel Ángel Nieto, analista de IG Markets.
Sin embargo, y más allá de los niveles que reconquiste a corto plazo, la reciente escalada resulta importante porque anticipa las intenciones futuras del crudo, una vez que la economía restañe sus heridas y la recesión deje paso de nuevo a la expansión. "A largo plazo el petróleo sólo puede subir", sentencia Juan Ramón Caridad, socio-director de Atlas Capital.
Los inversores en contratos por diferencias pueden aprovechar esta tendencia. Si bien resulta posible que el crudo pueda tomarse un descanso y corregir parte de lo que ha subido -para sacar partido a esto habría que posicionarse a la baja- la subida a largo plazo también se puede aprovechar. No obstante, como son productos con vencimientos, es necesario ir renovando la posición de un contrato a otro.