
La carrera entre el metal precioso y las tecnologías americanas sigue su curso con nuevos giros en el recorrido pues, desde finales del mes de julio, el oro encamina un sendero alcista que al Nasdaq 100, uno de los principales índices bursátiles de Estados Unidos, le está costando más seguir, penalizado por los resultados de algunos de los pesos pesados tecnológicos.
Con el mes recién comenzado, la fuerte revalorización del oro deja al metal precioso cerca de los máximos históricos a los que llegó a mediados del mes pasado, momento en el que tocó los 2.469 dólares por onza, y en lo que va de semana sube más de un 4%. Así, en 2024, ambos actores han fluctuado y han ido rebasándose en rentabilidad constantemente, pero desde que arrancó el mes pasado la cotización del oro ha obtenido ventaja y ya se revaloriza casi un 18% en el conjunto del ejercicio.
Por su parte, el índice tecnológico ha visto más lastrado su camino a medida que se acumulan las compras en el mercado de deuda ante una expectativa de tipos de interés más bajos tanto en la eurozona como en Estados Unidos. De hecho, el Nasdaq 100 retrocede hasta registrar un avance en el 2024 del 13%.
Después de que el Nasdaq tuviera un año imparable con una subida del 22% y se encontrara marcando en el último ejercicio máximos históricos, el mes de julio no fue tan optimista, y llegó a ceder hasta un 3% en una sola sesión. Todo ello en un contexto en el que las grandes tecnológicas de Wall Street aún están cerrando sus cuentas del primer semestre del año.
Por lo general, las inversiones en oro suelen darse cuando el mercado se debilita o incrementa la aversión al riesgo. Este es el caso actual. La escalada de la tensión en Oriente Medio, con el reconocimiento de Israel de su participación en la muerte del líder de Hamás sobre suelo iraní, impulsa las compras del oro como valor refugio.