
Si hay una temática que ha atraído inversores en la última década son los fondos tecnológicos, gracias al auge bursátil de las conocidas como siete magníficas (Tesla, Microsoft, Apple, Meta, Nvidia, Amazon y Alphabet). Las gestoras se lanzaron a comercializar multitud de productos de esta categoría para ganar clientes, hasta el punto de que se pueden encontrar en España casi un centenar de vehículos con clase en euros, que ofrecen un rendimiento anualizado del 33,76% a diez años.
En el último año y medio, el reclamo de la inteligencia artificial ha servido de pretexto no solo para mantener la tendencia alcista en bolsa, sino para ir alcanzando nuevos máximos en los índices norteamericanos, aunque en las últimas semanas se está produciendo cierta rotación hacia valores más cíclicos, pese a que el Nasdaq gana un 17,89% en el año.
Con estos mimbres, los fondos tecnológicos consiguen de media una revalorización del 13,95% en el año, con datos de Morningstar a 18 de julio, con 23 vehículos ofreciendo rentabilidades superiores al 20%. Pero los fondos más rentables están consiguiendo este extraordinario resultado gracias a que, como mínimo un tercio de su cartera está invertida en las siete magníficas, en su totalidad o en seis o cinco valores con un peso elevado, lo que indica una alta concentración en estas compañías, y casi una indexación de la mayor parte del patrimonio, teniendo en cuenta que casi todos los fondos tecnológicos también invierten otra parte importante de su cartera en compañías de semiconductores, otra temática que se ha beneficiado del flujo inversor.
Es cierto que el peso de estas grandes tecnológicas varía de un fondo a otro y no en todos el equipo gestor tiene la misma convicción, pero, al igual que ocurre con el rendimiento de los índices norteamericanos, que dependen casi en exclusiva de las siete magníficas, la revalorización de estos fondos está íntimamente ligada a la evolución de estas grandes empresas, aunque también tienen en cartera otros valores, con la diferencia de que el coste total de estos vehículos de inversión se sitúa en el 1,94% de media, según Morningstar, frente a menos del 0,30% que cobra un fondo cotizado especializado en esta temática.
En el Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders, que ofrece un 27% en el año, las tecnológicas más conocidas representan hasta un 41% de la cartera, mientas que los semiconductores acaparan un 30%; en el T. Rowe Price Global Tech Equity, con un rendimiento del 24%, el peso de los siete magníficos es del 31%, un porcentaje algo inferior al 35% que acaparan en el BGF World Technology E2 o el 33% del DWS Artificial Intelligence ND. En el Pictet-Digital R EUR, el peso es de 30% y en el Alliance Bernstein International Tech C Eur se reduce al 28%.
En el caso de los fondos españoles, Caixabank Comunicación Mundial Estándar, que logra un 23,55% en el año, tiene hasta un 45% de su patrimonio en las grandes firmas tecnológicas, por debajo del 48% que pesan en el Rural Tecnológico RV Estándar, que gana un 22,82%. Por su parte, en el Ibercaja Tecnológico A acaparan hasta un 35% de la cartera.
Un peso tan elevado de estas compañías del olimpo tecnológico implica que cualquier cambio en su tendencia alcista les afectará sobremanera, como ocurrió la semana pasada, en la que el Nasdaq cayó un 3,80%, y estos fondos lo notaron con una rebaja de 373 puntos básicos en su rendimiento medio, con fondos como el mencionado de Janus perdiendo hasta seis puntos porcentuales de rentabilidad.