
Los nuevos datos macroeconómicos que se conocerán la próxima semana llegarán con especial relevancia para EEUU y, concretamente, con el punto de mira sobre su Índice de Precios al Consumidor (IPC), en un momento en el que los debates electorales cobran protagonismo.
El próximo jueves se publicará el IPC de julio y, en esta ocasión, se espera que llegue al 3,4%. Esto implicaría un repunte de los precios de una décima respecto al dato del mes anterior (del 3,3% en mayo), lo que daría la razón al presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, de que la inflación aún no ha dado todos los signos de tender claramente a la baja.
También habrá que estar atentos a los datos macroeconómicos que provengan del continente asiático. Por su parte, China anunciará su IPC un día antes que Estados Unidos. El dato, que se encuentra en el 0,3%, también se espera que repunte ligeramente y tiene la previsión de que se posicione en 0,4% en junio.
Durante esa misma jornada, se revelará el informe mensual de la OPEP, que afecta al mercado del petróleo a nivel mundial y que, por ende, marca el equilibrio y dinámica oferta-demanda. A su vez, se conocerán los inventarios de petróleo de la Administración de Información de Energía (EIA) en EEUU. Estos datos tienen relevancia por su impacto en los precios del petróleo, así como en la inflación del país.
A este lado del Atlántico, Reino Unido revelará su producto interior bruto (PIB) que se espera que se mantenga como hasta ahora, en el cero. Además, el 8 de julio, se reunirá el Eurogrupo, formado por los ministros de los Estados miembros. En dicha reunión tratarán de poner en común políticas económicas y evaluar cuestiones monetarias.