
El Departamento de Energía de Estados Unidos ha vuelto a ofrecer unos preocupantes datos sobre las reservas petrolíferas de la primera economía mundial. Por cuarta semana consecutiva, las cifras han sido peores de lo esperado.
La 'despensa' de crudo ha perdido 5,4 millones de barriles, por encima de los 150.000 barriles previstos y de los 2,1 millones de barriles de la semana anterior.
Los productos destilados han subido en 248.000 barriles, una cifra inferior al millón estimado y a los 672.000 del parcial anterior. La nota favorable la han arrojado las reservas de gasolina. Han descendido en 537.000 barriles, por debajo de los 1,3 millones previstos y de los 4,33 millones de la semana anterior.
En un mercado que espera ya la llegada de la 'driving season' -que es como se conoce a la temporada de verano- y el habitual incremento de la demanda de crudo y combustibles que se produce en ella, estos datos han reafirmado la tendencia alcista del crudo.
El barril 'Brent', de referencia en Europa, escala hasta los 63,54 dólares, la cotización más alta desde noviembre. Y en Estados Unidos el barril 'WTI' camina por encima de los 64 dólares.
Desde luego, supone un 'jugoso' postre para los socios de la OPEP, que hoy han acordado mantener la producción en su reunión de Viena. Su deseo de que los precios retornen a los 70 dólares parece cada vez más próxima.