John Taylor, antiguo miembro del Tesoro de EEUU y famoso por la denominada regla Taylor para establecer los tipos de interés en función del crecimiento y la inflación, ha señalado que la Reserva Federal podría tener que subir los tipos de interés pronto.
"Mis cálculos me dicen que podríamos no tener mucho tiempo antes de que la Fed tenga que eliminar el exceso de reservas y elevar los tipos", declaró el ex subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales con George W. Bush hasta 2005, en una conferencia en la Fed de Atlanta.
Taylor, que actualmente es profesor de la Universidad de Stanford, no está de acuerdo con los economistas que sugieren que su regla sugiere una necesidad de mayores estímulos y que los tipos estén en negativo. Es más, mantiene que según ella, los tipos deberían estar en el 0,5%, por encima de la actual de entre 0 y 0,25%.
Por otro lado, Taylor atribuye a la Fed parte de la responsabilidad de actual crisis financiera por mantener los tipos demasiado bajos durante demasiado tiempo. "Los bajos tipos de interés llevaron a una aceleración del boom inmobiliario", dijo. "El boom ha explotado, con impagos, ejecuciones y activos tóxicos en los balances de instituciones financieras".
Sin embargo, Taylor cree que las políticas tenían buena intención, pero estaban equivocadas en como afinar la economía después de casi 25 años en los que se habían evitado largas y profundas recesiones. "Haberse ajustado a lo básico hubiera sido mucho mejor" que rebajar los tipos hasta el 1% como se hizo en 2003 para reaviviar el crecimiento, añadió Taylor.
Además, el ex subsecretario del Tesoro declaró que la expansión del balance de la Fed es un "riesgo sistémico" porque podría ser difícil de reducir lo suficientemente rápido para evitar que se dispare la inflación. El balance de la Fed se ha incrementado desde el pasado mes de septiembre, hasta unos 2 billones de dólares, a base de comprar deuda privada y pública para descongelar los mercados de crédito y ayudar a dar liquidez a los bancos.
Taylor también cree que las propuestas de un regulador que controle el riesgo sistémico no son adecuadas y que de haber existido antes, tampoco habría evitado la crisis financiera. "Si se le dieran sus propios poderes regulatorios, serían muy difíciles de limitar". "La experiencia durante el pánico del pasado otoño no asegura que una agencia de ese tipo podría haber resuelto los problemas de las instituciones privadas sin causar más riesgos sistémicos de los que quisiera evitar", concluyó. Y es que según él, un regulador no es "una bala mágica" y su existencia podría afectar al papel de otros reguladores.
Taylor también sostiene que se tiene que intentar evitar los rescates de más compañías y que se necesitan alternativas claras. "Demasiado grande para caer ocurre demasiadas veces", señaló. "Tenemos una mentalidad de rescate. Se ha ido demasiado lejos. Se ha convertido en una presunción" que las grandes firmas financieras serán rescatadas.