Bolsa, mercados y cotizaciones

Economía/Energía.- El Gobierno portugués rechaza la construcción de la mayor refinería ibérica

LISBOA, 11 (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro)

Portugal no permitirá la construcción de la refinería de Sines, la mayor de la Península Ibérica y con una inversión de 5.000 millones de euros, porque considera que el proyecto no cumple las condiciones ambientales y de infraestructura necesarias y porque "al Gobierno nadie le vende gato por liebre", afirmó hoy el primer ministro, José Sócrates, en respuesta a la última propuesta del empresario Patrick Monteiro de Barros, promotor del proyecto.

A pesar de que el citado proyecto supondría una inversión de unos 5.000 millones de euros, Sócrates afirmó que a su Gobierno "no le interesa cualquier inversión" y que "nadie le vende gato por liebre". En opinión del primer ministro, entre la propuesta inicial y la última hay grandes diferencias y "los incentivos concedidos por el Estado portugués a un proyecto de inversión tienen que ser medidos y también hay que considerar su impacto ambiental".

"No estamos satisfechos con el proyecto que nos presentaron", afirmó Sócrates, que sin embargo no se cerró a una posible negociación, "si el empresario quiere cambiarlo, estamos abiertos a considerarlo de nuevo", declaró el primer ministro, después de que ayer, Patrick Monteiro de Barros anunciase que se habían suspendido las negociaciones con el Gobierno para construir la refinería de Sines y afirmase que "el proyecto inicial se convirtió en irrealizable".

También ayer el ministerio de Economía emitió un comunicado en el que afirmaba que la ejecución del proyecto de la refinería, sobre el que el Gobierno y el promotor habían firmado un acuerdo de entendimiento preliminar, "ahora depende de un conjunto de condiciones que no pueden ser aceptadas por la administración portuguesa" y por ese motivo "no es posible mantener las negociaciones basándose en el actual proyecto".

Sin embargo, el ministerio reconoció la importancia de esa refinería para el sector energético, por lo que, "el Gobierno considerará positivamente una profunda reformulación del mismo, en línea con los parámetros inicialmente conocidos".

La reformulación tendrá que incidir especialmente en factores como el impacto en la economía nacional, la relación entre exportaciones e inversión, el valor y la composición de los incentivos exigidos al Estado y los niveles adecuados de emisión de CO2, así como otros aspectos relacionados con el medio ambiente y las infraestructuras.

LAS EMISIONES DE CO2 Y LOS INCENTIVOS

El primer problema fue la decisión de construir una central de cogeneración con una capacidad muy superior a las necesidades de autosuficiencia del proyecto, por lo que la capacidad que sobrase se inyectaría en la red, a precios subvencionados, en una zona que en breve tendrá dos centrales de gas natural, pero no hay puntos de interconexión con la red eléctrica nacional.

El segundo asunto problemático se refiere a la potencia, ya que al aumentarla hasta los 500 megavatios (MW) se disparan las emisiones de CO2, que pasarían de los 2,5 millones de toneladas previstas inicialmente hasta los cerca de seis millones de toneladas.

Monteiro de Barros pretendía que el Estado cubriese la totalidad de estas emisiones con la atribución de licencias de dióxido de carbono. Cada licencia supone una inversión anual de 125 millones de euros, por eso la discusión también se centró en quién correría con esos costes.

En caso de no conseguir las licencias del Estado, el empresario portugués tendría que acudir al mercado, donde la tonelada de CO2 se comercializa a 25 euros, para adquirirlas. Esta última opción no hubiese sido sorprendente, ya que si el Gobierno hubiese concedido las licencias para la refinería de Sines, podría provocar una situación de insuficiencia para el resto de la industria nacional.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky