El mes de mayo ha traído viejos fantasmas para los inversores en renta fija, que han visto cómo el índice mundial de bonos retrocede casi un 3% por precio en un periodo en el que los mercados se han visto obligados a recalibrar sus expectativas de subidas de tipos, especialmente en Estados Unidos.
El mes comenzó con una reunión de la Reserva Federal (Fed) que dejaba un mensaje que llamaba al optimismo para los inversores en deuda, ya que el organismo reconocía que había llegado el momento de tomarse una pausa en la subida de tipos. Para muchos, esto marcaba el final del proceso de endurecimiento de la política monetaria estadounidense, algo que parecía preceder el inicio de una buena racha para los bonos.
Las cosas han cambiado en pocas semanas, y el mercado se ha dado de bruces con la realidad: la inflación es tozuda, y su avance sigue siendo fuerte, más de lo que se esperaba, algo que quedó demostrado el pasado viernes con la publicación del último dato de precios en Estados Unidos.
Una caída de casi el 3%
Esto ha vuelto a convencer a los mercados de que la Fed retomará el proceso de subidas de tipos este mismo mes de junio (así lo descuentan los futuros sobre los tipos), un cambio de perspectivas que se ha llevado por delante a los mercados de deuda. El índice mundial de bonos de Bloomberg pierde un 2,92% en mayo, y deja el balance anual para el selectivo en el 0,48%, en un año en el que las subidas llegaron a ser del 4,7%. La rentabilidad a vencimiento del selectivo de deuda mundial queda ahora en el 3,82%.
La deuda soberana es la que más ha contribuido a las caídas de la renta fija en el mes, con pérdidas del 3,1% para el índice de bonos de este tipo, mientras que la corporativa se ha dejado un 2,6% en el mismo periodo. Ahora, las rentabilidades a vencimiento alcanzan el 3,1% para los bonos soberanos, y el 5,5% para los corporativos.
Lo ocurrido en las últimas semanas es un buen recordatorio de que todavía no se puede cantar victoria, algo de lo que ya avisaba la Fed, que no quiso comprometerse a dejar de subir tipos, a pesar de anunciar que ponía en pausa el proceso a principios de mes.
El papel del techo de deuda
El cambio que se ha producido en la estrategia de la Reserva Federal estadounidense no ha sido lo único que ha podido llevar a los inversores a vender deuda este mes. La posibilidad de que Estados Unidos impagase su deuda por primera vez desde los años 70 también ha tenido impacto, ya que ha generado el temor de que se produzca un deterioro en la calificación de crédito de Estados Unidos.
Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, explica que "las ventas de deuda no tienen tanto que ver con la subida de tipos de la Fed, sino con la posible recalificación crediticia de Estados Unidos, de la cual ha advertido Fitch. Basta con que se avise del peligro de un deterioro en el rating para que haya inversores que tomen precauciones", señala.
A pesar de todo, el acuerdo ya parece ser cosa hecha en EEUU, por lo que se conseguirá evitar el impago y el deterioro de la calificación crediticia del país.