
Los fondos de inversión españoles han empezado el año con un fuerte incremento de patrimonio que ya anticipa un primer trimestre no visto desde 2015, siempre y cuando la tendencia de entradas netas de dinero no cambie en el mes de marzo. En los dos primeros meses del ejercicio se han producido suscripciones netas de 6.544 millones de euros, 3.684 millones durante el mes de enero y otros 2.860 millones en febrero, según los datos provisionales publicados por Inverco.
Las cifras de estos dos meses están cerca de superar los niveles de todo el primer trimestre de 2021, de más de 6.800 millones en aquel año y, si en el mes de marzo se alcanza un dato de suscripciones netas de 2.324 millones o más, se confirmará el mejor trimestre en este sentido desde el año 2015 (12.936 millones en el primer trimestre), batiendo los 8.868 millones que se alcanzaron en 2018. Con una suscripción neta media de casi 3.300 millones al mes en el arranque de año, si no cambia esta tendencia se conseguirá batir ese nivel y tocar máximos de 8 años.
Dónde entra y sale el dinero
Las suscripciones más elevadas en febrero se han producido en los fondos de renta fija, repitiendo la primera posición que ya logró en enero, con una entrada neta en el último mes de 2.516 millones de euros que sitúa el incremento de patrimonio neto desde el primer día del ejercicio en 6.176 millones de euros. "Aunque todas las categorías de renta fija registraron crecimientos, destacó la renta fija a largo plazo, que concentró la mayor parte del incremento", explican desde Inverco.
El atractivo que están teniendo para los inversores los fondos de rentabilidad objetivo, un tipo de vehículos que se está comercializando con intensidad este año, así como los fondos de renta fija soberana, está, en gran parte, detrás del buen dato de suscripciones netas que se está viendo en este tipo de fondos. La aparición masiva de estos fondos, los superventas de este 2023, ha llevado incluso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a exigir una mejor comunicación de los riesgos que implica invertir en estos productos por parte de las entidades que los están lanzando.
El incremento de las rentabilidades a vencimiento que se produjo durante todo el año pasado, en un ejercicio que dejó las pérdidas más abultadas que se recuerdan en renta fija, ha hecho que la deuda vuelva a ser atractiva, una coyuntura que ha aprovechado el sector financiero para lanzar nuevos productos con los que intentar captar patrimonio.
Por detrás de los fondos de renta fija los vehículos que han recibido más dinero en el mes de febrero son los garantizados, seguidos de los de gestión pasiva, con entradas netas de 647 y 459 millones de euros, respectivamente.
Por el contrario, donde se están produciendo más reembolsos netos es en la categoría de fondos de renta variable internacional, que ha perdido 443 millones de euros en febrero, y 670 millones en el conjunto del ejercicio. Estos datos de salidas netas se han producido, sin embargo, en un mes en el que la renta fija ha vuelto a las andadas, dejando pérdidas generalizadas a los inversores, pero no así los fondos de renta variable, con una rentabilidad media en febrero del 1,79% para los productos de bolsa nacional, y una revalorización del 0,63% para los vehículos de renta variable internacional, según los datos que publica Inverco.
A pesar de todo, las caídas del mes de febrero fueron, de media para todas las categorías, del 0,13%, por lo que no han borrado las ganancias que se consiguen desde el primer día del ejercicio en el conjunto de estos productos, con los que se gana un 2,44% a cierre del mes de febrero.
En 2018, el último año de fuertes entradas netas de dinero en fondos españoles (y que parece que se va a conseguir batir en el arranque de 2023), la entrada tuvo que ver con el interés de los inversores por fondos perfilados y mixtos.
Por otro lado, los 12.936 millones en suscripciones netas que se consiguieron en el año 2015 entraron principalmente en fondos de renta fija mixta internacional, en un momento en el que los inversores querían aprovechar el atractivo que estaba ganando la renta fija por la implementación de los programas de compras de deuda de los grandes bancos centrales del planeta, especialmente la Reserva Federal estadounidense (Fed).