
Desde finales de enero, cerrando el mejor arranque bursátil de la historia desde que existe el EuroStoxx, la recomendación de consolidar las plusvalías latentes y quedarse con la posición inicial creo que es una buena recomendación.
La posición de liquidez que mantienen los gestores de fondos demuestra que por el momento no hay un temor a un exceso en los mercados pese a que parece haber un agotamiento en la subida. Los veinte mayores fondos de renta variable tienen una exposición de cartera del 96,2%, un nivel todavía muy elevado si consideramos que un 90-92% es lo mínimo para conservar liquidez y comprar en una caída, y un 98-99%, el máximo, para mantener un mínimo porcentaje para afrontar reembolsos.
En realidad no hay un motivo claro para ponerse a la defensiva: la economía mundial se aleja de una recesión; China es un motor de propulsión mucho más potente del que se pensaba más allá de abandonar las restricciones del Covid; y los beneficios empresariales de las multinacionales sorprenden positivamente. Si a este guiso le añadimos que la bolsa europea cotiza con algo de descuento frente a los multiplicadores que se han pagado históricamente y Wall Street cotiza a un claro justiprecio, tampoco hay que tirar la toalla salvo para consolidar lo ganado y cosechar poco a poco.
Para echar más gasolina al fuego del optimismo, la bolsa americana puede entrar en territorio alcista, si logra subir más de un 20%, como ya han hecho Europa y China. Si el mercado director por excelencia lo logra, a las bolsas será difícil a corto plazo que las veamos retreparse. Los objetivos recuperables por análisis técnico en el caso del Viejo Continente son los niveles preCovid, superados estos los preLehman; y en el caso de Wall Street, los de agosto, para atacar luego techos históricos.
No tiene sentido una huida alocada hacia la seguridad y es mejor aplicar la lógica: en mercados alcistas se consolidan ganancias poco a poco, al igual que en los bajistas se compra poco a poco. Nadie es capaz de vender en el punto más alto como tampoco nadie es capaz de comprar en el más bajo, salvo por casualidad.
¿Pero qué hacemos con la liquidez generada por las plusvalías que ya hemos consolidado si la intención es recuperarla para atacar el mercado cuando se produzcan correcciones? Hasta hace unos meses y durante los últimos años la pregunta era innecesaria porque no había forma de lograr rentabilidad. Ahora la hay y, además, hay que tratar de minimizar a la ladrona invisible, la inflación. Una alternativa es dividir la liquidez generada en compras de Letras a tres meses y hacer entradas periodificadas semanalmente. En mayo quizás estemos invirtiendo el significado del clásico aforismo de sell in may and go away. Hasta entonces, las Letras a tres meses nos habrán generado un 2% incluidas las comisiones.