
El principal freno para que las empresas españolas den el salto al parqué es de tipo cultural, en opinión de Lola Solana, responsable de fondos de small caps europeos de Santander AM y presidenta del Instituto Español de Analistas Financieros. "Creo que algo que nos caracteriza en España es la envidia. Cuando a una empresa le va bien no quiere enseñarlo, hacerlo público, por temor a que le pongan zancadillas", ha comentado durante su intervención en el Foro sobre las ventajas de cotizar en bolsa, organizado por la CNMV y BME en el Palacio de la Bolsa de Madrid.
En segundo lugar, ha añadido Solana, "en este país no tenemos la ambición de montar un imperio, no queremos sacrificar nuestra calidad de vida por crecer. Aquí trabajamos para vivir, a diferencia de lo que sucede en EEUU, donde viven para trabajar", ha comentado, para afirmar: "Por eso, cuando llega un private equity que paga 5 o 10 veces las ventas, dicen sí; venden y se agazapan dentro del capital privado, en lugar de seguir creciendo en la bolsa".
El tercer factor al que ha aludido la presidenta del IEAF es el miedo a la incertidumbre: "Al ser humano en general, y a los españoles en particular, nos cuesta mucho vivir en la incertidumbre. Cuando tienes una seguridad en tus cash flows y en tu ebitda, sufres mucho si ves volatilidad en tu negocio, si lo ves cayendo [en el parqué], más aún cuando alguien externo y en quien no confías puede aprovechar esa caída para meterse en tu consejo".
A todo lo anterior, Solana ha añadido el de la regulación. "Tenemos que hacer los procesos más accesibles, más ágiles y más baratos para incentivar a las empresas". También se necesita una mayor alineación de intereses, ha enfatizado. "Cada vez que una empresa sale a bolsa hay un conflicto entre el que vende, el que compra y el intermediario; no estamos tan alineados. Y no olvidemos que cuando salimos a bolsa no solo buscamos financiación. Buscamos socios para que nos den la mano y avanzar en un proyecto a largo plazo. Por eso, como gestora me interesa más una ampliación de capital. Veo más alineación de intereses que cuando es una venta total, en la que el vendedor va a maximizar el precio y el comprador a minimizarlo. El inversor debe pensar que esto no es invertir en bolsa, es invertir en proyectos", ha rematado.
En la apertura del mismo acto, Beatriz Alonso-Majagranzas, directora de Mercados de BME, ha enfatizado que, desde un punto de vista estrictamente de mercado, "la situación es favorable para la incorporar de nuestras compañías a bolsa". Con un entorno de tipos de interés al alza, "y multiplicadores atractivos según estimaciones" de los analistas, "este momentum hace también más competitivo el salto al parqué, porque ofrece mejores condiciones que otras alternativas de captación de financiación". Portfolio SE, el 'mercadito' bursátil, se estrena sin dar cambio de su primera cotización.
Ángel Benito, director general de Mercados de la CNMV, destacó los esfuerzos realizados para reducir las cargas y los tiempos de los procesos de salida a bolsa. Destacó "la liquidez y la transparencia" de los mercados bursátiles, haciendo también mención a BME Growth, que suponen "un perfecto trampolín para el acceso de las entidades a las bolsas de valores y por tanto al primer mercado".
Cristina Aldámiz-Echevarría, directora de Desarrollo corporativo de ACS, explicó su experiencia en la salida a bolsa de Saeta Yield, la filial de energías renovables del grupo. Representó una enorme oportunidad; forma parte de la estrategia de ACS rotar activos de manera que podemos levantar financiación para poder licitar nuevos proyectos y nuevos activos. Eso forma parte de nuestro ADN", explicó. En 2014, "vimos cómo en el mercado americano empezaban a salir las yieldcos, sociedades cotizadas que se basaban en un dividendo creciente para los accionistas. No había en Europa nada parecido, pero pensamos que lo podríamos replicar. Así que hicimos una escisión de los activos renovables que tenían un volumen suficiente para hacer una salida abolsa porque nos daba una oportunidad en el sentido de que era algo más que poder levantar esa financiación para seguir rotando activos sino que además nos permitía acompañar a la compañía, ya que no teníamos que hacer una venta al 100%, durante unos años, aportando nuestra experiencia desde el punto de vista industrial pero también dotándola de toda nuestra estructura de gobierno corporativo y de las mejores prácticas que, entendíamos, cristalizarían en un mayor valor de la compañía". ACS realizó esta operación de la mano del fondo de infraestructuras GIP. Saeta salió a bolsa en febrero de 2015 y en 2018 ACS y GIP vendieron la compañía de renovables al fondo Brookfield.
Por su parte, Oriol Pinya, presidente de Spaincap (asociación que agrupa a las entidades de Venture Capital & Private Equity en España) destacó el papel del capital privado en las salidas a bolsa de sus participadas, y sus retos. "Una salida a bolsa es muy complicada, porque tú trabajas mucho y hasta el último día no sabes si la operación va a 'pasar' o no. Inviertes muchos recursos tanto del fondo propietario como del equipo gestor de la compañía y la incertidumbre a la que te enfrentas en los mercados le pone un elemento que hacen que te planteas otras alternativas". Por otro lado, ha destacado que cuando un fondo saca a bolsa una empresa participada suya, "no vendes, es decir, vendes un porcentaje muy pequeño; si yo soy propietario del 100% de una compañía quizá haré una colocación del 30% del capital, pero me quedaré un 70% en el que voy a seguir trabajando para poder vender. La salida a bolsa es un proceso en etapas, no desapareces al día siguiente". La alternativa existente cuando esa salida parcial se complica son los fondos de secundario de private equity, "en los que actualmente hay muchísima liquidez".