Julio fue el primer mes negativo para la industria europea de ETFs (fondos cotizados) desde marzo de 2020, coincidiendo con el peor momento de la crisis sanitaria a nivel mundial por la pandemia de coronavirus.
De acuerdo a los datos compilados por Refinitiv Lipper, estas salidas netas, por valor de 400 millones de euros, se produjeron en un entorno de alta volatilidad en el que el sentimiento de los inversores se vio afectado por las altas tasas de inflación, las subidas de los tipos de interés, las tensiones geopolíticas y la interrupción de las cadenas de suministros por la pandemia que aún persiste en el Viejo Continente y otras partes del mundo.
Pese a este leve retroceso, el comportamiento de los subyacentes hizo que aumentaran los activos gestionados (de 1.226.800 millones de euros al 30 de junio de 2022, a 1.317.200 millones de euros a finales de julio), según el proveedor de datos en su informe mensual.
En concreto, el aumento de 90.300 millones de euros el pasado mes de "se debe a la evolución de los mercados subyacentes (90.300 millones de euros), mientras que las salidas netas estimadas contribuyeron con pérdidas de 400 millones de euros a los activos bajo de gestión", añaden.
Por clases de activos, las mayores huidas de dinero se produjeron en los productos cotizados de materias primas (2.900 millones de euros) y de renta variable (1.700 millones de euros).
Al otro lado, los flujos de entrada en el sector europeo el pasado mes fue impulsado por los fondos cotizados de renta fija, por valor de 4.600 millones de euros. "Dado el entorno general de los mercados, es sorprendente que los ETFs de bonos hayan tenido entradas en el mes", destacan desde Refinitiv Lipper.
Le siguieron, de lejos, los fondos de activos mixtos, con entradas netas de 20 millones.
Con todo, teniendo en cuenta la estructura del sector europeo de los ETF, no es de extrañar que los fondos de renta variable acaparen el 72,13% (950.100 millones de euros) de la cuota de mercado.
