
La llegada del verano no ha sentado nada bien a los mercados emergentes. El año empezó con buen pie para el índice MSCI Emerging Markets, frente al índice de bolsa de países desarrollados, el MSCI World.
Los emergentes se movían a la par de los desarrollados, y eso en su peor momento del año, hasta que llegó el verano, y con él, la primera subida de 75 puntos básicos de la Reserva Federal en Estados Unidos, el día 15 de junio.
Desde entonces, el año se ha torcido para el MSCI Emerging, y la distancia que le separa ahora del selectivo de bolsa desarrollada es de 4 puntos porcentuales. La rentabilidad anual del MSCI World es del -15%, frente al -19% que deja el índice de emergentes.
Históricamente, la subida de tipos de interés en Estados Unidos se convierte en una carga pesada para las economías de los países emergentes, especialmente aquellos que acumulan más deuda denominada en la divisa estadounidense, y también los que necesitan importar más materias primas, una clase de activo que también se denomina en dólares estadounidenses. Hay que recordar que las subidas de tipos de interés alimentan la revalorización de las divisas frente a aquellos países que no aumenten el precio del dinero.
"La política de la Fed no va a ayudar a los mercados emergentes como activo de inversión. Los bancos centrales de los emergentes se van a ver obligados a seguir aumentando los tipos", explican desde Bank of America.
China y Taiwán, un castigo
Si se analiza la composición del índice de bolsa emergente, y el comportamiento que ha tenido el mercado de cada región desde que el MSCI World empezó a comportarse mucho mejor que el MSCI Emerging, queda bastante claro cuál está siendo el problema de este último: China y Taiwán.
Mientras que el MSCI World está compuesto en casi un 70% por valores estadounidenses, casi el 50% del MSCI Emerging lo acaparan China y Taiwán. Y desde el 15 de junio, el comportamiento en bolsa de estos dos países asiáticos no ha sido capaz de mantener el ritmo de los desarrollados. En este periodo la bolsa de Shanghai ha retrocedido un 1,2% y el índice de referencia de Taiwán casi un 5%, mientras que la bolsa estadounidense ha rebotado casi un 13%.
Las tensiones geopolíticas entre China y Taiwán no han contribuido a reducir el apetito de los inversores por las bolsas de estos dos países, y esto se ha sumado a unos índices que ya venían mostrando debilidad previamente, incapaces de mantener el ritmo de otras regiones del mundo. No hay que olvidar que China está atravesando una crisis en el sector inmobiliario del país, entre otros problemas, como la pandemia, todavía latente, y sus duras medidas contra los contagios.
"Seguimos siendo bajistas con China; esperamos que la política de Zero Covid siga presente en próximos meses, sin perspectivas de que vaya a haber un plan de estímulos fiscales o monetarios para relanzar la economía", avisan desde Bank of America.