
En la economía, y en los mercados, hay un desfile de flora y fauna que se utiliza como metáfora para ilustrar distintos conceptos. El monstruo de la inflación, el de la deflación, los toros, los osos, los buitres, los cisnes negros, los rinocerontes grises... y sigue.
En los últimos años los inversores han tenido que enfrentarse a la amenaza del fantasma de la deflación, que tantos dolores de cabeza ha generado en Japón desde el inicio del siglo XXI. Ahora el problema es el contrario: la inflación se está disparando, y con ella el temor de que se pueda enquistar, especialmente si los bancos centrales no se ponen manos a la obra para intentar meterla en vereda.
Y, todavía peor, con la inflación ha surgido la posibilidad de que aparezca un nuevo monstruo de dos cabezas, el que combina una fuerte subida de la inflación con una situación de estancamiento económico: la estanflación. A principio de año era una posibilidad que prácticamente todo el mundo descartaba: los estímulos eran lo suficientemente grandes como para sostener el crecimiento económico. Ahora, sin embargo, hay señales claras de que la amenaza de la estanflación es real.
elEconomista publicó el pasado 8 de marzo una encuesta en la que el 58% de los participantes ya contemplaban la posibilidad de que este escenario se materializase. Los resultados de este sondeo se han confirmado la semana pasada, con la publicación de la última encuesta a gestores de Bank of America, en la que, por primera vez desde que el banco empezó a preguntar a los encuestados por esta posibilidad, ya es mayoría el porcentaje de gestores que espera que la economía entre en una situación de estanflación en los próximos 12 meses. Así lo espera el 62% de los encuestados.
Los propios bancos centrales ya están barajando esta posibilidad. El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, mostró en su reunión de marzo su preocupación por el frenazo en el crecimiento económico, y también dejó patente que cada vez tienen más claro que el repunte inflacionista que se está produciendo tiene visos de ser menos transitorio de lo que se esperaba.
Los sectores que mejor aguantarán
Para muchos inversores, tomar decisiones en un entorno de estanflación es entrar en un territorio desconocido. Algunos analistas ya están planteando algunas estrategias que se pueden seguir para que las carteras se comporten lo mejor posible en este contexto.
"Los riesgos de estanflación van en aumento. El BCE acaba de recortar sus perspectivas de crecimiento económico para este año, hasta el 3,7%, y ha elevado su previsión de inflación, hasta el 5,1%. Este será un entorno difícil para algunos valores, pero no para la mayoría", explican desde eToro.
En su opinión, la mayor parte de los valores del mercado "se encuentra en una buena posición para capear esta tormenta de estanflación", y hacen hincapié en que "muchas empresas tienen marcas o posiciones de mercado fuertes y, por tanto, el poder de fijación de precios para repercutir el aumento de los costes", señalan. Por sectores, destacan cómo "esto es especialmente cierto en el de la sanidad, los servicios públicos y el consumo, como la alimentación, las bebidas y el lujo", señalan.
Al margen de las empresas que puedan trasladar el aumento de los costes a sus clientes, también hay otros sectores bien posicionados en este entorno: "Los valores energéticos y de materias primas se benefician directamente de la subida de precios de los recursos básicos, que es lo que provoca gran parte de estos temores de estanflación", explica.
Lo que los analistas tienen claro es que la capacidad de fijar precios es una de las cualidades más importantes para una empresa en un entorno de inflación, y también de estanflación. "Las empresas que cuenten con capacidad de fijación de precios pueden proteger sus márgenes de beneficio repercutiendo los costes a sus clientes", coinciden desde Capital Group.
"Entre las empresas con capacidad de fijación de precios encontramos: firmas que ofrecen servicios esenciales, como los gigantes del sector sanitario Pfizer y UnitedHealth Group; compañías con un fuerte reconocimiento de marca, como Coca-Cola; empresas que pertenecen a sectores con una dinámica favorable de oferta y demanda, como los fabricantes de semiconductores TSMC y ASML; y compañías como las empresas de artículos de lujo, LVMH y Kering", señala la gestora de renta variable de Capital Group, Diana Wagner.
Estas dos últimas firmas que menciona Wagner son, de hecho, las que tienen mejor recomendación por parte del consenso de analistas que recoge FactSet, entre las firmas del sector de lujo que capitalizan 10.000 millones de euros, como mínimo.
Usando el mismo criterio, las tres firmas más atractivas del sector salud son la irlandesa Horizon Terapeutics, la brasileña Hapvida y la japonesa Olympus. En cuanto al sector del consumo básico, LG Household, Mondelez y Kerry Group, son las firmas con mejor recomendación.