Con grandes cantidades de efectivo y con los precios de las acciones en máximos históricos, las empresas del S&P 500 están a punto de gastar a lo grande. Y los inversores se postulan como los principales beneficiarios, según las nuevas estimaciones de Goldman Sachs.
El grupo de estrategas liderados por Ryan Hammond prevén 872.000 millones de dólares en recompras brutas en 2022 (un aumento del 8% con respecto a este año) mientras que los dividendos también se verán impulsados, aunque a un ritmo más moderado.
Hammond justifica que dado que los beneficios del S&P 500 se sitúan un 25% por encima de los niveles previos a la pandemia a finales de 2021, las empresas disponen de liquidez adicional.
"Esperamos que el gasto total en efectivo crezca un 23% en 2021, casi igualando el crecimiento impulsado por la reforma fiscal en 2018, y un 8% en 2022. Es probable que las inversiones en capital e I+D experimenten el mayor crecimiento en 2022", estima en una nota distribuida entre sus clientes.
Los saldos de caja han aumentado un 16% durante los últimos 12 meses, frente al 6% de la deuda
En la misma se detalla cómo el impacto del potencial impuesto del 1% propuesto sobre las recompras propuesto por la Administración Biden será "pequeño". Si este gravamen se mantiene o incrementa a lo largo de los años, Hammond considera que las empresas podrían destinar más efectivo a los dividendos.
Tras la escasez inicial de efectivo en la pandemia, las empresas aprovecharon el entorno de tipos bajos para emitir deuda y experimentaron una mejora de los flujos de caja, lo que ayudó a apuntalar los balances corporativos.
Los saldos de caja han aumentado un 16% durante los últimos 12 meses, frente al 6% de la deuda. Los ratios de efectivo con respecto a los activos del S&P 500 se mantienen cerca de máximos históricos, lo que implica una base sólida para el despliegue de capital de cara a 2022.