Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Sufrirán otros activos los efectos de un potencial 'criptocontagio'?

Durante el pasado fin de semana, el precio del Bitcoin volvió a dar un buen susto al caer brevemente hasta unos 31.000 dólares, más de un 50% menos que su máximo del mes pasado. Esto no es nuevo dado que la caída del 40% en el extenso mundo de las criptodivisas se postula ya como la tercera en cuatro años, según señalan desde JPMorgan.

Eso sí, se produce en un momento en que esta clase de activos ha llegado a sobrepasar una capitalización de más de dos billones de dólares y los nexos de unión con otras áreas del mercado aumentan. Es por ello que algunos se preguntan ya si estos vaivenes podrían producir algún tipo de contagio a otras áreas de mercado.

"Ante la probabilidad de que la volatilidad de las criptodivisas persista, cada vez más gente se pregunta si esto supondrá un problema para otros activos financieros como las acciones y los bonos", escribe en una columna de opinión publicada por Bloomberg, Mohamed El-Erian, principal consejero económico de Allianz.

El-Erian considera que el 'criptocontagio' todavía sigue siendo limitado, dado que las criptodivisas y otros activos tradicionales operan en su propios 'ecosistemas'. Sin embargo advierte que el contexto se complica cada vez más si tenemos en cuenta otros canales de contagio informales, como la propiedad cruzada de activos o el apalancamiento.

Dado que la deuda pública ofrece unos rendimientos poco atractivos algunos inversores han visto en las criptomonedas una forma mejor de diversificar sus activos. Otros han optado por invertir en plataformas de criptomonedas como parte de su posicionamiento de cartera.

Al mismo tiempo, las empresas con Bitcoin en sus balances también han dejado notar algunos síntomas colaterales de la reciente volatilidad. A efectos contables, las criptodivisas se valoran a su precio de compra. Si sube de valor, no se refleja en las cuentas de la empresa, pero si baja, el valor se ve perjudicado y hace mella en los beneficios trimestrales.

Cabe recordar cómo Tesla compró 1.500 millones de dólares en Bitcoin el pasado trimestre, a un precio medio de unos 34.700 dólares por unidad, no muy lejos de su precio actual. Elon Musk ha señalado que Tesla no está vendiendo, pero probablemente tampoco esté aumentando sus tenencias.

Hasta la fecha, MicroStrategy ha gastado unos 2.200 millones de dólares en Bitcoin a un precio medio de 24.450 dólares. La compañía compró más la semana pasada y todavía acumula grandes beneficios gracias a sus tenencias de esta criptodivisa.

Square, la empresa de pagos capitaneada por el consejero delegado de Twitter, Jack Dorsey, compró dos lotes de Bitcoin para su tesorería: 50 millones de dólares en octubre a un precio de unos 10.600 dólares y 170 millones de dólares en febrero a un precio de unos 51.000 dólares. El pasado trimestre, la compañía asumió una pérdida de 20 millones de dólares por la caída del valor de su última compra.

"Las consecuencias entre activos han sido leves, con menos impacto en la renta variable que el impacto registrado en enero por los valores meme o la venta de bonos de febrero", asegura John Normand, estratega jefe de JPMorgan.

Aún así, para El-Erian, con el rápido crecimiento de las compras apalancadas, el riesgo de un accidente financiero instigado por las criptodivisas debe vigilarse de cerca. Es por ello que recomienda tanto a los participantes del mercado como a las autoridades a no ignorar los potenciales riesgos, especialmente en un momento en que "demasiados conducen aceleradamente por la autopista del riesgo financiero".

De hecho, en las últimas semanas algunas jurisdicciones siguen sopesando medidas para supervisar más estrechamente el mercado de las criptodivisas. Así, por ejemplo, los reguladores financieros de Hong Kong han mostrado su apoyo a una propuesta legislativa para crear un sistema de licencias para las bolsas de activos virtuales y prohibir la negociación a los inversores que no tengan un mínimo de un millón de dólares en sus carteras.

Paralelamente, el Banco de Canadá citó la preocupación por las criptomonedas en su revisión anual del sistema financiero, diciendo que "la rápida evolución de los mercados de criptoactivos es una vulnerabilidad financiera emergente".

Aquí en EEUU, Gary Gensler, el presidente de la Comisión de Mercados y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) ha puesto de manifiesto que los reguladores estadounidenses "deberían estar preparados para presentar casos" relacionados con infracciones en los mercados de criptomonedas.

Precisamente, la semana pasada, el Departamento del Tesoro señaló en un informe sobre propuestas fiscales que "las criptodivisas ya plantean un importante problema de evasión fiscal y busca que las transacciones que superen los 10.000 dólares tengan que ser notificadas al Servicio de Ingresos Interno (IRS, el equivalente al Departamento de Hacienda español).

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