La deuda pública española también se ha beneficiado de la renovada corriente de optimismo que se ha respirado en los mercados financieros en las últimas sesiones. Y doblemente, además. En primer lugar, el seguro de impago -credit default swap (CDS), en inglés- sobre los bonos españoles ha caído hasta los 99,7 puntos básicos -100 equivalen a un punto porcentual-, el nivel más reducido desde el 9 de enero.
Es decir, desde las fechas previas al descenso del rating crediticio del Reino de España por parte de la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P), que el 12 de enero advirtió de la posibilidad de llevar a cabo el recorte y justo una semana después lo ejecutó, para reducirlo de AAA hasta "AA+". De este modo, el CDS español prolonga la relajación que viene registrado desde el pasado 17 de febrero, jornada en la que elevó su máximo hasta los 170 puntos básicos.
Adicionalmente, la brecha entre el rendimiento de los bonos españoles y alemanes a diez años también se ha estrechado. Ayer se redujo hasta los 99 puntos básicos, después de que la rentabilidad de los títulos españoles repuntara hasta el 4,13%, frente al 3,14% de los bund germanos. A mediados del mes pasado, el diferencial llegó a ampliarse hasta los 128 puntos básicos, el nivel más alto desde 1997.
El sector financiero se relaja
La moderación de la tensión en los CDS, que ahora constituyen uno de los mejores termómetros para tomar la temperatura a la crisis y cuyo descenso equivale a que el miedo se relaja en los mercados, también ha alcanzado al sector financiero. Así, el índice europeo que recoge los seguros de impago de la deuda bancaria más fiable -senior- ha bajado hasta los 160 puntos básicos, cuando el 9 de marzo elevó sus máximo históricos hasta los 207.
El indicador que sigue la evolución de los títulos de inferior calidad -deuda subordinada- ha caído hasta los 308 puntos básicos, desde los 417 puntos a los que se encontraba el 12 de marzo.
