Es el año 2050. La humanidad ha logrado cumplir las metas del Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura a 2 grados sobre la media del último siglo, lo que implica recortar las emisiones de CO2 al mínimo posible. En este posible universo, ¿qué pasaría con el petróleo? Según la consultora Wood Mackenzie, un barril costaría menos que un menú del día: 10 dólares el barril, a unos 6 céntimos por litro. Una posibilidad para la que tienen que prepararse las petroleras, advierten.
Según el informe, publicado este miércoles, si se cumplen las metas que se han impuesto los firmantes del pacto, y que la UE o EEUU ya han empezado a poner sobre papel, la demanda de petróleo podría caer un 70% para 2050, por culpa del impulso a las renovables y los coches eléctricos. El escenario sería algo más benévolo con el gas natural, algo menos contaminante, y daría por descontada la desaparición del carbón, el material que más gases emite.
Si estas previsiones se cumplen, el petróleo entraría en una cuesta abajo sostenida desde 2023, con la demanda cayendo en unos 2 millones de barriles anuales. El efecto sería una "caída terminal de los precios", sobre los 30 dólares hacia 2040 y entre 10 y 18 en 2050.
Para Ann-Louise Hittle, vicepresidenta de petróleo de Wood Mackenzie, "la industria del petróleo y el gas no puede permitirse el lujo de ser complaciente", ya que "los riesgos asociados con una política sólida de cambio climático y una tecnología que cambia rápidamente son demasiado grandes".
El Acuerdo de París incluye la promesa de que los países harán lo posible por alcanzar una subida de las temperaturas de apenas 1,5 grados, aunque los estudios de la ONU de los últimos meses creen que ya es demasiado tarde para conseguir este objetivo. Pero si los países aceleraran sus metas, quizá ante la aparición de nuevas tecnologías más eficientes aún, la situación de los combustibles fósiles podría empeorar a mayor velocidad aún.
El estudio incide en que esta posibilidad es "un escenario más" y no el base, pero tampoco es el peor. Si las tecnologías limpias se disparan en el próximo año, el petróleo podría acabar con una demanda muy escasa y especializada. Una posibilidad que debería hacer replantearse muchas cosas a compañías y países productores.