
Los estrategas de Goldman Sachs mejoran de nuevo sus perspectivas para las compañías del S&P 500. De esta forma, el equipo liderado por David Kostin, eleva su objetivo de beneficio por acción (BPA) de este indicador hasta los 181 dólares, un incremento del 2% cuando se compara con los 178 dólares anteriores.
Según justifican desde el banco, este aumento refleja el incremento de las ventas y los márgenes de beneficio así como el creciente peso en el índice de las empresas tecnológicas. Cabe destacar que las nuevas metas de Goldman superan en 7 dólares (o un 4%) a las del consenso, que espera que el BPA del S&P 500 alcance este año los 174 dólares.
Kostin y su equipo también hacen mención al estímulo fiscal en ciernes para la economía de EEUU, que según los economistas de Goldman ascenderá al menos hasta los 1,5 billones de dólares. Un impulso que llevará al PIB a crecer un 11% (anualizado) en el segundo trimestre y un 6,8% en el conjunto del año. De hecho, si cada dólar del paquete de estímulo estimado por Goldman se incorporase a los ingresos de las empresas, los beneficios del S&P 500 aumentarían alrededor de un 4%.
No obstante, aunque un mayor gasto fiscal y una aceleración del PIB deberían conducir a un aumento de los ingresos de las empresas, el impacto en los beneficios del S&P 500 será moderado. Este cálculo "probablemente exagera el impacto final real", indican en el informe distribuido entre sus clientes. En este sentido explican que dada la composición sectorial del S&P 500, las ganancias potenciales en el BPA del índice serán menores que la recuperación impulsada por dicho estímulo.
Además ponen de manifiesto como muchos inversores creen que el impulso del gasto provocará un aumento de la inflación y de los tipos de interés. "La posible presión inflacionista también supone un riesgo para los márgenes de beneficio del S&P 500" reconocen. Precisamente, la mejora en los márgenes ha sido una de las principales razones de la solidez en las cuentas empresariales correspondientes al cuarto trimestre de 2020 y una de las causas por las que Goldman atisba unas estimaciones de beneficio por encima del consenso.
Dicho esto, históricamente, la inflación ha impulsado los ingresos nominales del S&P 500 pero ha lastrado los márgenes de beneficio, ya que las empresas han tenido dificultades para subir los precios al mismo ritmo que los costes. Aún así, desde Goldman creen que aunque el aumento de los costes pueda impulsar las rotaciones dentro del mercado de renta variable, suponen un menor riesgo a la baja para su previsión de beneficios.
Una de las razones es que el apalancamiento operativo del S&P 500 se encuentra en el nivel más alto en años, lo que ayuda a que los márgenes crezcan junto con los ingresos. Más allá, aunque los precios de las materias primas pueden seguir subiendo, históricamente no han tenido un impacto consistente en los márgenes de beneficio de los componentes de este indicador.
Por otro lado, los costes laborales han sido un viento en contra para los márgenes y enfrentarán la presión al alza de la caída del desempleo y potencialmente de las subidas del salario mínimo. Sin embargo, según Kostin y su equipo los costes laborales representan sólo el 13% de los ingresos del S&P 500, lo que significa que una aceleración de 100 puntos básicos en el crecimiento de los salarios reduciría el BPA en aproximadamente un 1%.