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Wall Street no quitará el ojo a Georgia donde se decidirá el futuro de la barrida demócrata

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Entre la euforia bursátil suscitada por las noticias de la vacuna de Pfizer y BioNtech, además de la resaca dejada por la victoria presidencial del demócrata Joe Biden, los inversores se preparan para sufrir un nuevo deja vu electoral que se repetirá de nuevo en menos de dos meses. Al fin y al cabo, aunque la constitución de la Cámara de Representantes quedará fijada el próximo 3 de enero, el control del Senado tendrá que esperar al próximo 5 de enero, con la segunda vuelta por los dos escaños en juego en Georgia.

En estos momentos, los republicanos habrían logrado un total de 50 de los 100 escaños de la Cámara Alta mientras los demócratas se aseguran 48. Sin embargo, ninguno de los candidatos al Senado en Georgia obtuvo más del 50% de los votos, por lo que la contienda volverá de nuevo a las urnas.

A día de hoy cuesta pensar que ambos senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler pierdan contra los demócratas John Ossoff y Raphael Warnock respectivamente.

Sin embargo todavía hay una posibilidad de alcanzar una mayoría demócrata en el Senado. Un triunfo de Ossoff y Warnock en la segunda vuelta de Georgia más el voto de la vicepresidenta Kamala Harris, como presidenta de la Cámara Alta, ofrecería la ventaja legislativa necesaria para avanzar propuestas.

"No supondría el tsunami demócrata que muchos habían esperado, pero de todos modos sería una barrida. Las políticas de una administración de Biden diferirán dramáticamente dependiendo de los resultados en Georgia", explica David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs.

Aunque la probabilidad de que los dos escaños del Senado de Georgia pasen de manos republicanas a demócratas parece baja, los mercados indican que dicho escenario no está exento de materializarse. De hecho mientras las proyecciones de los inversores de una posible barrida demócrata se desplomaron del 51% al 9% el día de las elecciones, ahora han aumentado hasta el 23%.

Una victoria doble en Georgia daría pie a la Administración Biden a implementar una agenda económica más ambiciosa, independientemente de la división interna de los demócratas, donde el ala más progresista continúa enfrentada con la bancada más conservadora.

Esto abre la puerta a la posibilidad de aumentar el impuesto de sociedades del 21% al 28% así como subir el impuesto a las plusvalías desde el 23,8% actual al 43,4% para aquellos individuos y familias que ingresen más de un millón de dólares podría avanzar en ambas Cámaras del Capitolio.

También aceleraría la transición a una economía libre de emisiones a través de un Green New Deal, que costaría al menos 2 billones de dólares, mientras que la recuperación podría blindarse con un estímulo que sobrepasaría los 3 billones de dólares.

"Si se materializa una mayoría demócrata en el Senado, el posicionamiento en el mercado debería revertirse una vez más", indica Kostin en un informe distribuido entre sus clientes.

Bajo este panorama, los gestores deberían considerar la posibilidad de que los valores cíclicos podrían beneficiarse del impacto de un gran estímulo fiscal mientras el incremento del gasto público puede conducir a una curva de rendimiento más pronunciada. Esto beneficiaría al sector financiero y bancario pero no tanto a las tecnológicas de alto crecimiento.

Para el estratega de Goldman Sachs, los beneficiarios de la reforma fiscal de 2017 podrían verse expuestos a un impuesto de sociedades más alto al tiempo que algunos miembros del sector de la atención médica podrían enfrentar un escrutinio regulatorio, al igual que muchas empresas de energía.

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