
Si hay un sector que está experimentando una transformación radical durante la última década es el de la gestión de activos, debido a diversos factores que las consecuencias de la pandemia van a acelerar en el futuro inmediato. La innovación tecnológica, la presión por reducir costes que ha introducido la gestión pasiva y la búsqueda de rentabilidad en un mundo con los tipos de interés bajo mínimos ha provocado estos años procesos de concentración entre las firmas para ganar volúmen, en un sector donde la escala de negocio es fundamental para mantener los márgenes, y donde los productos indexados y la gestión alternativa han surgido con fuerza (se calcula que para final de año llegarán a alcanzar el 35% del total de activos gestionados).
La última operación corporativa en conocerse ha sido la semana pasada la compra de Eaton Vance por Morgan Stanley, valorada en 5.955 millones de euros, que permitirá al banco norteamericano ver cómo sus activos bajo gestión crecen hasta los 1,2 billones de dólares, un poco menos que los 1,4 billones que ha alcanzado Franklin Templeton tras formalizar la adquisición de Legg Mason antes del verano. Pero durante estos años se han producido fusiones o compras que han visto nacer marcas renombradas como Janus Henderson, Aberdeen Standard Investments o Columbia Threadneedle, entre los casos más conocidos.
"Los costes para cumplir con la regulación seguirán siendo altos y las presiones comerciales aumentarán a medida que las firmas amplían sus canales de distribución. Las comisiones se verán sometidas a una presión constante en medio de una tendencia continua para lograr una mayor transparencia y comparabilidad entre los fondos. Será necesario mantener o aumentar la inversión en tecnología y gestión de datos para maximizar las oportunidades de distribución y hacer frente a la regulación", señala PWC en 'Asset Management 2020: A Brave New World'.
En este estudio, la consultora también advierte de que los inversores buscarán cada vez más la diferencia entre productos pasivos de bajo coste y los activos, por los que estarán dispuestos a pagar más, pero que entrarán a competir con los alternativos, una denominación que podría dejar de tener sentido si se incrementa su peso en las carteras.
En Europa, la crisis financiera también ha provocado movimientos en la industria de gestión de activos. El más importante fue la creación en 2010 de la marca Amundi, al fusionarse los negocios de Crédit Agricole y Société Générale. La nueva gestora se situó entre las diez más grandes del mundo hace cuatro años cuando adquirió Pioneer, la gestora de UniCredit, en la que el Banco Santander también había puesto el ojo. Y el año pasado se conoció que Deutsche Bank y UBS estaban estudiando una operación corporativa que situaría a la nueva firma resultante cerca de gigantes como BlackRock o Vanguard. Con Allianz también se ha rumoreado su participación en alguna operación corporativa del sector.
El catalizador en España
Este proceso no está siendo ajeno a la industria de gestión de activos en España, donde en los últimos lustros se ha asistido a la creación de gestoras más grandes según se iban produciendo las fusiones de las cajas de ahorros. Un proceso que se va a reiniciar ahora con el nuevo baile corporativo en el sector financiero, iniciado con el proceso de integración de Bankia y CaixaBank, y al que se unirán en los próximos meses otros participantes, como Unicaja-Liberbank, Sabadell con BBVA u otras posibles combinaciones, que provocarán una concentración mayor de los activos bajo gestión en manos de los bancos, que ya acaparan un 74,5% de cuota de mercado entre fondos y sicavs, según los últimos datos de Vdos.
Pero este proceso no se va a reducir a las gestoras de las entidades financieras, sino que el resto del sector está abocado a una concentración, en un mercado como el español donde existen grandes divergencias de tamaño que impiden sobrevivir en una industria de mayores costes tecnológicos y regulatorios y una mayor competencia por captar inversores.
De las 98 gestoras españolas, el top 25 controla el 93% de la cuota de mercado, teniendo en cuenta que las diez primeras ya ostentan un 79% del mercado, según los datos de Inverco. Al mismo tiempo existen 61 firmas con menos de 500 millones de euros de patrimonio y 30 gestoras con menos de 100 millones. Pero ya se están produciendo movimientos en este segmento, como la compra de Egeria por Welzia, o las negociaciones de Singular Bank para adquirir Belgravia, la boutique de Carlos Cerezo, adelantada por Invertia. Las compañías de seguros también están moviendo ficha, como Mutuactivos, con participaciones mayoritarias en EDM, Alantra Wealth Management o Cygnus.