El candidato a la presidencia de Estados Unidos del partido demócrata, Joe Biden, se prepara para anunciar quién será su compañera de viaje en la recta final a las urnas el próximo 3 de noviembre. Según indican múltiples medios estadounidenses, el comité encargado del proceso de selección ha finalizado su tarea y un anuncio oficial podría llegar tan pronto como esta misma semana.
El comité ha estado compuesto por el ex-senador de Connecticut, Chris Dodd, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, la representante Lisa Blunt Rochester y Cynthia Hogan, ex vicepresidenta de Apple y abogada de Biden, entre otros miembros.
Entre los nombres que suenan fuerte para postularse a la vicepresidencia del país destacan, Kamala Harris, la senadora por California y la ex-asesora de seguridad nacional de la administración Obama, Susan Rice. Dicho esto, la congresista por California, Karen Bass, o la senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, se encuentran entre las mujeres que permanecen en las quinielas.
Otras candidatas en el punto de mira del equipo de Biden incluyen a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, la senadora de Illinois, Tammy Duckworth, la congresista, Val Demings y la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham.
La decisión de Biden es crítica dado que la elegida también podría convertirse en la lideresa del Partido Demócrata durante los próximos años. Si el candidato demócrata a la Casa Blanca gana las elecciones de noviembre, su compañera de viaje se convertirá además en la primera mujer del país en ocupar el cargo de vicepresidente.
Hasta hace unas semanas, Harris se postulaba como la favorita. La senadora de California, que abandonó en diciembre sus aspiraciones a conseguir la nominación demócrata para plantar cara a Trump, se mostró a favor de volver al status quo en lo que a política exterior se refiere, apoyando a la OTAN, la Organización Mundial del Comercio y las Naciones Unidas.
En política económica, abogó por la reducción de la desigualdad, revirtiendo las exenciones fiscales del actual presidente a las rentas más altas para otorgar créditos fiscales a los contribuyentes que cuenten con menos ingresos.
Rice, quien también ha encabezado parte de las encuestas, nunca ha ocupado un cargo público electo, pero como embajadora de la ONU y asesora de seguridad nacional bajo la administración Obama interactuó a menudo con Biden y probablemente tenga la mejor relación de trabajo con él.
Tradicionalmente, un candidato o candidata a un cargo como la vicepresidencia de EEUU debe haber gobernado algún estado o haber sido legislador, especialmente en el Senado, demostrando así sus dotes electorales.
Además de Harris, otras candidatas que cumplen con ese requisito tradicional son Warren, líder junto al senador de Vermont, Bernie Sanders, del ala progresista del partido; Duckworth, que combatió en Irak, donde perdió ambas piernas, y ahora es senadora por Illinois; y Grisham, gobernadora de Nuevo México.
La primera mujer candidata a vicepresidente de un partido importante, Geraldine Ferraro, compartió la carrera electoral con el candidato presidencial Walter Mondale, quien perdió 49 estados en las elecciones de 1984 contra el republicano, Ronald Reagan. Tuvieron que pasar 24 años antes de que Sarah Palin se convirtiera en la segunda mujer como candidata a vicepresidente en la fallida candidatura del republicano John McCain en 2008.
A comienzos de esta semana aumentaba la presión sobre el ex vicepresidente de EEUU para que su elegida sea una mujer de color. En una carta publicada el lunes, personalidades como el rapero Sean "Diddy" Combs y el abogado de derechos civiles, Ben Crump, advirtieron que "no seleccionar a una mujer negra en 2020 significaría que se perderán las elecciones".
La gran banca impulsa a Biden
Por su parte, los directivos y empleados de los bancos más grandes del país continúan impulsando la campaña de Biden, a pesar de las políticas económicas del actual presidente Donald Trump han generado beneficios récord para la industria.
Según datos consultados por Politico, las contribuciones de individuos afiliados a las seis entidades bancarias más grandes del país ascienden a 907.216 dólares para Biden y tan solo 293.434 dólares para Trump. De esta forma, el demócrata cuenta con una ventaja significativa en la recaudación de fondos en cada uno de los grandes bancos: JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs y Morgan Stanley.
Más allá de la donaciones individuales, el Biden Action Fund, creado para atraer fondos de la industria financiera captó en mayo y junio 11,5 millones de dólares. Josh Bekenstein, co-presidente de Bain Capital y su esposa contribuyeron con al menos 710.000 dólares, según el New York Times. James Attwood, director gerente de Carlyle Group, destinó otros 200.000 dólares.
No obstante, la industria financiera observa de cerca cuál será la elección final de Biden como candidata a la vicepresidencia. Su apoyo podría menguar si elige a Warren, quien ha propuesto un impuesto a las grandes fortunas y una regulación financiera mucho más estricta que la planteada por el candidato presidencial demócrata.
Una mayor fiscalización para las empresas
Cabe recordar que el ex vicepresidente de EEUU busca la mayor movilización de inversión pública en suministro, infraestructura, investigación y desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial. Es por ello que optará por echar mano de la política fiscal para estimular la innovación tecnológica, reducir la dependencia de otros países como China y reconstruir la clase media con políticas tributarias que también ayuden a pequeños y medianos negocios, no solo a los grandes.
El demócrata pone rumbo a la Casa Blanca aupando una subida del impuesto de sociedades desde el 21% actual hasta el 28%. También quiere duplicar la tasa sobre los ingresos obtenidos por las filiales extranjeras de las empresas estadounidenses desde el 10,5% al 21%.
Según un análisis de Goldman Sachs, la propuesta de Biden de elevar el impuesto de sociedades del 21% actual al 28% reduciría las beneficios para 2021 del S&P 500 en 20 dólares por acción hasta los 150 dólares. Desde BCA Research estiman que una derogación completa reduciría el beneficio por acción en aproximadamente un 12% pero indican que parte de este riesgo ya se descuenta en el mercado.
Desde la Tax Foundation, un think tank con sede en Washington, también recalcan cómo el demócrata promulgará una serie de políticas tributarias que subirán los impuestos sobre la renta y sobre la nómina a los individuos con ingresen más de 400.000 dólares. Este plan reducirá el tamaño de la economía en un 1,51% debido a las tasas impositivas marginales más altas sobre la actividad laboral y el capital en la próxima década, con una recaudación de aproximadamente 3,8 billones de dólares
La ventaja de Biden frente a Trump a nivel nacional se ha reducido en las últimas semanas. Según la media que elabora el portal RealClearPolitics, el demócrata cuenta con un margen de 6,9 puntos sobre el actual presidente mientras en los principales estados clave, la brecha es de 4,4 puntos.