
El índice de referencia de la bolsa española marcó mínimos del día en 7.301 con caídas que llegaron a superar el 4%, sin embargo, tras la apertura de Wall Street los bajistas han perdido algo de impulso. La sangría en la banca no se detiene tras la noticia de que el gigante HSBC ampliará capital en más 14.000 millones de euros: Santander y BBVA registran caídas que rondan del 8%. Mientras no se cierre el hueco bajista de la apertura no habrá señales de agotamiento vendedor. Rapiña bajista: el Ibex 35 se hunde un 4,6% en la peor sesión de los últimos tres meses.
El terrorífico dato de PIB publicado el viernes (recesión del 6,2%) se sumó a la necesidad de que el Estado tomara directamente el 36% de Citigroup (que se desplomó el 40% en bolsa). Y este fin de semana AIG ha solicitado otros 30.000 millones de dólares a la Fed.
Y no tiene ninguna pinta de que el mercado vaya a dar ninguna tregua a corto plazo. Esta semana se espera una nueva catástrofe en la economía, con un dato de paro de febrero que se teme que puede ser el peor en 60 años, con más 800.000 nuevos desempleados. En el campo bancario, tampoco hay muchas esperanzas, puesto que al nuevo desastre de AIG hay que sumar las posibles noticias negativas que lleguen de los famosos 'stress-test' que está realizando el Gobierno de EEUU, y que no todas las entidades que han sido ayudadas van a superar.
La mayor esperanza de los alcistas es la opinión contraria, pero el pesimismo tampoco es tan brutal como suele serlo en los suelo del mercado (cuando todo el mundo es bajista, es que ya ha vendido y por tanto el mercado suele subir). Así que cuidado, porque el sentimiento puede empeorar bastante más todavía antes de mejorar. Y aunque veamos un rebote contundente -que justificaría la sobreventa actual-, no significa que sea un suelo fiable. Tenemos demasiados precedentes en los últimos meses para no haberlo aprendido.