
Aquellos que buscan reminiscencias entre el ímpetu demostrado últimamente por valores tecnológicos y la burbuja de las puntocom, añaden ya una nueva señal de preocupación a su lista. El proveedor de software en la nube para instituciones financieras nCino se estrenaba esta semana en el Nasdaq tras fijar el precio de su acción en los 71 dólares.
Sin embargo, al cierre de la jornada del martes, sus títulos acumularon una rentabilidad del 195%, el mejor desempeño bursátil de una tecnológica estadounidense en su primera jornada de cotización desde agosto de 2000, según datos de la consultora Renaissance Capital. Para poner esta cifra en contexto es importante destacar que en lo que llevamos de año, la salida a bolsa media ha registrado subidas del 34,3% en su primer día de negociación.
De hecho, si incluimos también a las tecnológicas extranjeras, la subida de nCino solo se ve superada por la de Baidu, que en agosto de 2005 se disparo un 354% en su primer día de cotización. nCino no es rentable. Sus pérdidas netas crecieron hasta los 4,8 millones de dólares en el trimestre que finalizó el pasado 30 de abril, cuando la compañía ingresó 44,7 millones de dólares.
El sistema operativo nCino proporciona una plataforma única para la incorporación, creación de préstamos y apertura de cuentas a más de 1.100 instituciones financieras, entre las que se incluyen bancos y cooperativas de crédito. Entre sus clientes destacan nombres como Bank of America, Barclays, Santander y TD Bank.
Su sorprendente debut bursátil se suma a la de Lemonade, una compañía de tecnológica especializada en seguros, que vio cómo el precio de sus acciones se duplicó a comienzos de mes en su salida a bolsa en la New York Stock Exchange.
A pesar de que el mercado de las operaciones públicas de venta (OPV) ha cogido impulso desde el pasado junio, la mayor parte de la actividad ha estado centrada en el sector de la biotecnología y muchos inversores han esperado ansiosos estrenos en el ámbito tecnológico.
De hecho, nCino ha sido la segunda compañía de tecnología estadounidense respaldada por capital de riesgo en salir a bolsa este año, en comparación con las nueve registradas en 2019 a esta alturas del año. Hasta ahora muchas compañías tecnológicas bien han retrasado sus OPV o exploran la posibilidad de ser adquiridas por una SPAC para cotizar en el mercado.
Dicho esto, a medida que la bolsa americana continúa su ascenso desde los mínimos del pasado 23, la tecnología y especialmente el Nasdaq han sacado pecho, con este indicador acumulando una ganancia de casi el 17% en lo que llevamos de año. Sus múltiples récords junto con la masiva inyección de liquidez de la Reserva Federal han vuelto a despertar cierto temor sobre una posible burbuja.
No obstante, dónde puede observarse una mayor sobrevaloración de activos es en las compañías que se han estrenado en bolsa en EEUU en los últimos dos años. El Renaissance IPO Index, que sigue su evolución, acumula en lo que llevamos de año un rendimiento del 38% frente a las caídas del 1% que acumula el S&P 500 y más que duplicando el logrado por el Nasdaq Compuesto.
Entre sus principales componentes en estos momentos destacan Zoom Video, Uber, Pinduoduo, Moderna, Datadog, Slack, CrowdStrike, Pinterest, o Lyft, entre otras. Savita Subramanian, directora de renta variable estadounidense y estrategia cuantitativa en Bank of America, advertía recientemente durante una presentación que, en estos momentos, "se ven niveles similares de empresas sin beneficios, por lo que básicamente las inversiones especulativas llegan al mercado de salidas a bolsa como ocurrió en 1999 y el 2000". "Esta es otra señal de alerta", añadía.
Por su parte, Rob Subbaraman, economista de Nomura, avisa en un informe distribuido entre sus clientes que espera que las políticas monetarias poco convencionales de los bancos centrales se conviertan en una nueva normalidad, reduciendo así la urgencia de la austeridad fiscal. "El peligro está en el riesgo moral, dado que esto alimenta la toma excesiva de riesgos y las burbujas de precios de los activos", destaca.
No debemos olvidar que el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y la Reserva Federal han engullido entre febrero y junio más de 5,6 billones de dólares de activos. En el caso particular de la institución abanderada por Jay Powell, su balance sobrepasa ya los 7 billones de dólares y por primera vez pone a prueba su propio mandato, con la compra de deuda corporativa.
"La falta de recompras y los bajos flujos de fondos se están viendo compensados por la acción del banco central de EEUU, que puede suponer un riesgo moral pero que la Fed está dispuesta a asumir dados los riesgos económicos", explica Tobias M. Levkovich, estratega jefe de Citi. Levkovich reconoce que la compra fondos de renta fija y aceptar deuda de alto rendimiento era necesaria para abrir los mercados de crédito pero también se cuestiona el daño en la credibilidad de la Reserva Federal a la hora de mantener a flote a las compañías zombi.