
Baker es el responsable de CFA (Chartered Financial Analyst) en Oriente Medio, Europa y África, una de las certificaciones profesionales de más renombre en el mundo financiero, con 160 sociedades distribuidas a lo largo de todo el planeta. El experto valora la educación financiera en las regiones de la que es responsable y explica cómo se está desarrollando CFA en estos lugares, además de analizar cómo están cambiando las dinámicas de los mercados, con los experimentos monetarios sin precedentes de los grandes bancos centrales.
Hoy en día, ¿qué cree lleva a una persona a decidir presentarse al CFA?
La gente está teniendo que diferenciarse mucho en el mercado laboral, que es muy competitivo en los mercados desarrollados. El CFA es una forma de mostrar a los empleadores que existe un compromiso con las finanzas. Es un examen difícil, al final, pero creo que es un incentivo. Te ofrece una base muy sólida, pero ni siquiera eso es suficiente. Estamos haciendo mucho trabajo con los miembros de nuestras sociedades para desarrollar sus habilidades de liderazgo, de negociación, de comunicación... Esto es más propio de los mercados desarrollados, pero también hacemos mucho trabajo en África y Oriente Medio.
¿Cómo está evolucionando CFA en las regiones que usted gestiona?
El centro del crecimiento son Nigeria, Kenia, Egipto, Arabia Saudí... En términos de cifras, los mercados desarrollados siguen siendo dominantes, pero si miras de dónde viene el crecimiento, las finanzas del futuro, es de África y de Oriente Medio.
¿Cómo se está desarrollando la educación financiera más básica?
Dedicamos mucho tiempo a pensar en eso. Nosotros tenemos un programa que es una introducción fantástica a los mercados financieros. Estamos muy comprometidos y tenemos que involucrarnos en ello, pero es cierto que no podemos abarcarlo todo. Trabajamos con gobiernos, reguladores..., para mejorar el conocimiento, la transparencia, con el objetivo de que al final el inversor es la clave. Pero hay muchísimo que hacer en ese frente. Es alucinante que ofrezcamos educación en todo tipo de cuestiones, pero la idea de saber presupuestar gastos, entender flujos de caja, balances, etc., no se enseña demasiado.
En el mercado y la economía se han producido cambios en los últimos años. Algunos economistas destacan que algunas reglas antiguas ya no funcionan como antes, tenemos los tipos a niveles nunca vistos... ¿Cómo se está adaptando CFA a estos cambios?
Es cierto. Hasta hace unos años no teníamos literatura sobre los tipos de interés negativos. En CFA nos dividimos en tres patas: educación de nuevos profesionales; en segundo lugar, apoyar a quienes ya son miembros en sus carreras profesionales; y en tercero, trabajar en códigos, estándares, para hacer los mercados lo más justos que sea posible. En las tres áreas tenemos que adaptarnos a la nueva realidad económica, ahora con la intervención de los bancos centrales. Apoyar a los miembros en sus carreras profesionales es lo más complicado, en mi opinión, ya que el mercado laboral es muy distinto al que existía cuando empezaron su carrera. No podemos sentarnos a esperar.
Paul Smith (CEO de CFA hasta finales de 2019) me decía hace 3 años que le preocupaba que los mercados estuviesen demasiado enfocados en el corto plazo. ¿Ha cambiado algo en estos años?
No creo que en ese sentido estemos en una posición peor, pero estamos bloqueados. Ahora, la preocupación es, claramente, que llevamos varios años con el mismo experimento monetario, el más grande que nunca se ha llevado a cabo, y todavía no vemos la puerta de salida.
"Se están reescribiendo los libros de teoría económica a medida que continúan los experimentos monetarios"
¿Cree que es peligroso para la economía que los bancos centrales estén haciendo estos experimentos?
Creo que es inevitable. Mirando hacia el futuro, hacia dónde nos lleva el QE y los tipos negativos, ya sea para pensiones o los retornos de la inversión... Hay que mirar cuáles son las alternativas. Algunas de las cosas que se están haciendo son experimentos, y se están reescribiendo los libros de teoría económica a medida que continúan estos experimentos.
¿En CFA comparten la opinión de que es necesario apoyar las políticas monetarias con políticas fiscales?
Es inevitable. Debe compartirse la carga de alguna manera. Deben ampliarse las posibilidades. El problema en Europa es a qué nivel debería hacerse. ¿Europeo? ¿De forma estatal? En Europa existe una conjunción algo extraña, con una política monetaria que se gestiona a nivel central, pero una política fiscal a nivel local. Hay un desequilibrio y al final alguna de las dos partes va a tener que ceder en esa relación.
Sobre la inversión en ESG, en los mercados financieros parece que todo el mundo tiene el punto de mira ahí, con mucho dinero entrando. ¿Puede darme su valoración de cómo se está desarrollando?
Es un tema muy extenso. Sí creo que la consistencia de los argumentos a veces se pierde. Es interesante. Los medios han tenido un rol enorme en este sentido, de alertar a la opinión pública de los problemas que se están produciendo. La realidad ahora es que todos los gestores de fondos van a tener que mostrar compromiso en ese frente. No tienen otra opción, y eso va a crear retos. Nosotros no queremos ser prescriptores y decir que se debe hacer esto, o lo otro. En lo que estamos interesados es en ser transparentes, comprometidos y estandarizar. Si eres un inversor y alguien te presenta un fondo verde, sostenible, o del tipo que sea, que sepas exactamente de qué te están hablando. Creo que la cuestión es cómo se va a hacer y que a nivel europeo hay mucha confusión. ¿Estamos intentando financiar la transición hacia un mundo más verde? ¿O estamos intentando trazar una línea y decir: "A quien no pase de aquí no le vamos a financiar"?. Creo que sí tenemos que financiar a las empresas contaminantes, para que lo sean menos. Pero no creo que las autoridades estén en ese punto.