Bolsa, mercados y cotizaciones

Pensiones y vida son obras con un final mal escrito

  • Ahorrar para la jubilación debería formar parte del ADN del trabajador

Una de las frases que cuando uno se hace mayor más martillea es esa de Truman Capote que dice que "la vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito". Hablar de la preocupación por las pensiones es retórico desde hace mucho tiempo, porque todo el que haga una mínima interpretación del presente y el futuro con números colegia que vamos a peor. 

Ahorrar algo para complementar nuestra jubilación debería formar parte del ADN de un trabajador desde su primer salario. Pero como con nuestra distopía latina no lo vamos a hacer nunca de forma voluntaria, deberíamos buscar fórmulas 'voluntarias', como la británica con retención en nómina.

La falta de concienciación por el problema adquiere una dimensión sin precedentes en la sociedad española. En elEconomista publicábamos esta semana que las aportaciones a pensiones se han reducido a una décima parte de lo que fueron a mediados de la década pasada. A falta del arreón de los últimos días de diciembre, las aportaciones hasta noviembre a planes de pensiones fueron inferiores a los 200 millones de euros. La cifra es ridícula, frente a los 3.800 millones que se alcanzaron en 2004 y 2006. Es un fracaso saber que el ahorro financiero para la jubilación no llegará nunca a ser una décima parte de toda la tarta. Aclarando que en esta foto no se tiene en cuenta la vivienda.

No paro de preguntarme qué está sucediendo para que ni siquiera quienes pueden ahorrar estén aprovechando la desgravación de la aportación a los planes de pensiones hoy. Y no creo que se estén dando cuenta de lo mal gestionados que están, si se mira la escasa rentabilidad que generan en relación al resto de la industria.

Por algunas de las conversaciones que he tenido estos días, una de las explicaciones la encuentro en la aversión endémica al riesgo a la bolsa y la ausencia de rentabilidad en renta fija. Solo alguno que ya está en mercado se cree esa retahíla de que cada década va a doblar lo que tiene en cartera; que si invierte 20 años, multiplicará por cuatro; y, si lo hace durante 40 años, por ocho. 

La prensa, con esa forma tan particular de entender la inversión asustaviejas en mercados, es muy responsable de esta percepción.

Lo curioso es que mucha gente con la que hablo sí que te dice que una parte del dinero que ahorra es para el largo plazo. La prensa, con esa forma tan particular de entender la inversión asustaviejas en mercados, es muy responsable de esta percepción. Pero lo que no consigo ni siquiera discutir es ese convencimiento de que la vivienda sí se entiende como concepto seguro de inversión. La gente prefiere comprarse una segunda vivienda como inversión que tener una cartera de activos financieros. Nadie vendrá dentro de cuarenta años a examinarnos sobre quien ha sido capaz de multiplicar por ocho. Pero construyamos ambas alternativas. 

Como decía Capote "una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones, porque dos conversadores buenos rara vez se reúnen".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky