Este sábado se cumple un año de la aprobación por parte de la CNMV del primer fondo asesorado por un medio de comunicación en España, Tressis Cartera Eco30. En elEconomista nos dimos cuenta que teníamos un producto de inversión en 2015 cuando nuestro índice de ideas de inversión internacional, que empezó a calcularse en 2013, batía con claridad a la bolsa estadounidense y europea.
Solo teníamos por delante el reto de encontrar y convencer a una gestora. La única condición era que fuese independiente a la gran banca. Con la primera llamada dimos en la diana. Una gran aseguradora nos dijo que sí pero que el producto tenía que tener un VAR. No el de los partidos de fútbol. Un value at risk, o ponerle una limitación de pérdida en un periodo de tiempo. Ante la sorpresa de Alfonso de Salas y Amador Ayora me negué porque mataría en esencia lo que hacemos en pánico de mercado.
Casualidades de la vida estábamos organizando una jornada de inversión socialmente responsable con Tressis cuando Amador y yo nos fuimos a comer con su consejero delegado, José Miguel Maté. "Adelante". No hubo más palabras ni que buscar más. Maté cogió la primera posta del proceso de supervisión y la desafortunada pérdida de Antonio Moreno en la CNMV, que seguía al detalle lo que estábamos haciendo en el periódico, nos obligó a un segundo relevo. En esta ocasión cogió el testigo Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión (y un excelente gestor como ha demostrado este año), para correr juntos el proceso que parecía más complicado, que era la supervisión por parte del regulador. Fueron innumerables las ocasiones en las que volvía a la redacción con el rostro desencajado porque pensaba que nos moríamos en la orilla. Solo el abrazo y el ánimo de mis compañeros eran los que me devolvían las ganas de buscar la solución de problemas que parecían irresolubles. Especialmente, he tenido el apoyo de Cristina García, que tanto me ha aguantado, pero sobre todo me ha ayudado, la madrina del Eco30 junto a Isabel Gaspar (ambas cronistas de todas las revisiones del Eco30 desde su primera publicación en diciembre de 2012), y que, casualidades de la vida, se casa el día que el fondo cumple un año (sé muy feliz y que Víctor te cuide mucho).
Cuando pensaba que la aprobación por parte de la CNMV era una meta... estaba equivocado. Llegaba la verdadera: levantar el capital y la responsabilidad de responder ante esos inversores que confiaban en los valores que seleccionaba en un año tortuoso. Han sido una miríada de horas sin dormir las que me ha quitado el fondo. En diciembre llegué a pensar que el fondo se estampaba en su salida. En mayo y agosto me fracturé. Pero lo que casi me rompe es el escrutinio de la industria y, sobre todo, el de muchos compañeros. Supongo que la condición humana es así. La gente es la gente. Solo he hecho lo que creo, en elEconomista porque ha existido un enorme editor (gracias, Alfonso), y poniendo mis ahorros el primero. Como debía y tenía que ser.