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RSC.-Una experta se plantea si la medición de la RSE es "realidad" o "utopía", tras la presentación de la nueva Guía GRI

A pesar de los logros en desarrollo sostenible, muchas empresas "aún no comprenden la gran responsabilidad que tienen en sus manos"

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

La directora de la firma mexicana AB Comunicaciones, Alejandra Brandolini, se plantea en el artículo 'Medición de la RSE: ¿Realidad o utopía?' sí ésta es realmente posible, tras la presentación de la nueva Guía de Indicadores del Global Reporting Initiative (GRI), el denominado 'G3', para la elaboración de Memorias de sostenibilidad.

A su juicio, --y según explica como 'Columnista Invitada' en el último Boletín del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial (IARSE)--, para la empresa, el nivel de exigencia y compromiso a largo plazo que supone la elaboración de los reportes sociales puede ser "una barrera aún difícil de saltar".

"Es digno de reflexión el hecho de que la asistencia al ciclo de conferencias del GRI el pasado mes de octubre en Amsterdam para presentar esta nueva Guía haya sido muy escasa por parte de América Latina, y, particularmente, de Argentina, de donde tan sólo concurrió una persona", explica la experta.

En materia de igualdad de recursos y el papel de las empresas en este sentido, Brandolini recuerda que hoy, "más de 1.000 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema, lo que significa que aproximadamente un 17% de la población mundial está muriendo al no poder satisfacer sus necesidades básicas".

"Para reducir la brecha entre los incluidos y los excluidos no basta sólo con el compromiso de los Gobiernos, sino que es necesaria una toma real de conciencia por parte de todos los actores sociales, desde una gran multinacional hasta una pequeña empresa, desde un emprendedor social o desde una pequeña organización de la sociedad civil hasta los organismos internacionales", afirma.

POCA CONCIENCIA DE RESPONSABILIDAD

Según reconoció la experta, las relaciones con los Gobiernos y las políticas gubernamentales deben ser fortalecidas y mejor desarrolladas, así como el compromiso empresarial para con la sociedad, ya que a pesar de los grandes logros en lo relacionado con el desarrollo sostenible, "muchas empresas no comprenden la gran responsabilidad que tienen en sus manos".

Aunque muchos países del mundo están colocando en sus agendas la RSE como uno de los temas fundamentales, asumiendo fuertes compromisos éticos con el desarrollo, tanto a nivel global como a nivel local, "la pobreza está aún muy lejos de estar erradicada". En Argentina, un 12,2% de la población se encuentra aún en una situación de pobreza extrema, y aunque se han logrado reducir los índices alarmantes de 2002 y 2003, "queda mucho camino por recorrer".

A su entender, "las políticas públicas, sumadas a la gestión del tercer sector y a un mayor compromiso con la RSC por parte del sector empresarial y el sector académico y universitario, han sido un factor importantísimo de crecimiento y maduración como país y como ciudadanos".

"Un mundo sin pobreza puede ser una visión muy ambiciosa para una empresa", --dice Brandolini--, "pero asumir un compromiso ético con el desarrollo sostenible es una meta asequible por la empresa, no una utopía", insiste.

Pero para que sea auténtico, ese compromiso con la responsabilidad social "debe pasar a formar parte de la esencia misma de la organización, atravesar todas las decisiones que se tomen", agrega. De lo contrario, "no dejará de ser una moda pasajera, un maquillaje provisorio que dura muy poco y no incrementa el capital social de la empresa ni de sus públicos de interés".

Precisamente, las Memorias de sostenibilidad o reportes sociales "ponen a prueba el nivel de compromiso de la organización con la responsabilidad social, señalando las metas alcanzadas y el camino que aún queda por recorrer".

"El mundo que tenemos es la herencia de nuestras decisiones pasadas", observa esta experta. "Si queremos uno distinto, más justo y humano, tenemos que actuar ahora pero con compromiso y responsabilidad, siguiendo modelos de desarrollo sostenibles en el tiempo, ya que ese será el mundo que vivirán nuestros hijos", concluye.

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