
Un total de 135 años de historia avalan la actividad petrolera de Marathon. La compañía estadounidense es una de las históricas de un sector en el que operan –de manera directa o indirecta– más de un centenar de empresas cotizadas al más alto nivel (un 5% del Russell 2000). Y su evolución en bolsa, como no podría ser de otra forma, está ligada a la de la materia prima, una de las más negociadas del mundo.
No en vano, la norteamericana ha conseguido replicar en el 75% de las ocasiones el comportamiento que ha mantenido el barril de petróleo de referencia en EEUU -el conocido como West Texas- a lo largo de los últimos 25 meses.
Ahora la firma trata de reducir la brecha que ha abierto la evolución del precio del petróleo frente a la de la cotización propia compañía desde que el barril de crudo marcó su nivel más bajo de los últimos meses en diciembre de 2018. Esta brecha alcanzó su nivel más elevado a finales de mayo y desde entonces la estadounidense ha tratado de rebajarla registrando un comportamiento que le ha servido para borrar las pérdidas que hasta ese momento había cosechado en el parqué en el año.
Y es que, el mercado está premiando el intento de Marathon por volver a incrementar unos márgenes que se han visto lastrados en los últimos meses.
En la consecución de dichos objetivos mucho tendrán que ver las sinergias que genere la reciente adquisición –la mayor de la historia reciente de la compañía– de Andeavor, que ha favorecido que las estimaciones de deuda de la compañía se disparen por encima de los 30.000 millones de dólares a cierre del segundo trimestre del ejercicio. De hecho, los expertos sitúan su ratio de apalancamiento por encima de las 2,7 veces en 2019, la más elevada de su historia.
Y es que, no hay que olvidar que Marathon ha llevado a cabo operaciones corporativas en seis de los últimos ocho años. Gracias a ello, Marathon se ha convertido en una de las cinco empresas más grandes del mundo en materia de refino y marketing. De hecho, juega en la misma liga que Petrochina, Sinopec o Novatek. No en vano, tiene capacidad para procesar unos 1,9 millones de barriles de crudo al día a pesar de operar de manera exclusiva en EEUU.
Sin embargo, la firma estadounidense también se dedica a la compra de etanol y de otros productos refinados para revenderlos y distribuirlos. Y es que, hasta un 15% de sus ingresos ya procede del negocio de la distribución.
Precisamente en la presentación de sus cuentas trimestrales de este jueves, la firma batió las estimaciones de los expertos al transportar más crudo a través de sus tuberías y se benefició de unas mayores ventas de su negocio de estaciones de servicio según informó la propia compañía, algo que da credibilidad a las previsiones de los expertos de cara a los años venideros, que sitúan su beneficio en 2020 creciendo un 40% respecto al registrado en 2018, hasta rozar los 5.000 millones de dólares.
